Teocalli

Teocalli de Cholula.

Un teōcalli,[1]​ o teocali[2]​ (palabra de origen náhuatl que deriva de teō(tl)-, energía creadora, auténtico',[3]​ y cal-li, 'casa, recinto') es un basamento piramidal anahuaca coronado por un templo. Dicho basamento utiliza el método de construcción talud-tablero, y muchos rituales religiosos mexicanos del México prehispánico tuvieron lugar en dichos templos.

Quizás el teocalli más importante de la historia mesoamericana se trató del Templo Mayor, de los mexicas, ubicado en el interior del recinto ceremonial de Tenochtitlan y del cual se pueden apreciar las ruinas en la esquina noreste del Zócalo de la Ciudad de México.

Cu es el vocablo, de origen maya, empleado por Bernardino de Sahagún en su Historia general de las cosas de la Nueva España para referirse a este tipo de pirámides.

El asalto al Teocalli por Cortés y sus tropas.

El poeta cubano José María Heredia compuso un poema titulado En el teocalli de Cholula. En la cultura chicana moderna se refiere a la Iglesia Nativa Americana como "teocalli". En su cuento «La noche boca arriba» (1956), el escritor argentino Julio Cortázar menciona al teocalli, lugar al que llevan los aztecas a su prisionero moteca para luego sacrificarlo.

Referencias

  1. «Definición de teocalli en español de Oxford Dictionaries». Oxford Dictionaries. Archivado desde el original el 23 de agosto de 2018. Consultado el 22 de agosto de 2018. 
  2. Real Academia Española. «Teocali». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). 
  3. Pastrana Flores, Miguel (2009). Historias de la conquista. Aspectos de la historiografía de tradición náhuatl. Serie Teoría e Historia de la Historiografía, 2. México: Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas. p. 73. ISBN 978-970-32-1449-5. Consultado el 17 de abril de 2020. «De esta forma tendríamos los siguientes sentidos del término teotl. En principio el concepto de dios, después el sentido de divino o sagrado, luego el de la entidad anímica de un ser humano que se transforma después de la muerte; además tendríamos el sentido de un ser con características notables e inusuales, finalmente, por extensión, se encuentran los sentidos de grande y de verdadero o auténtico». 

Véase también