Según investigaciones recientes publicadas por Antonio Pàsies, la taberna Antonio Sánchez puede considerarse como la más antigua de Madrid, ya que se remonta al año 1787. En 1884 compró el local Antonio Sánchez, comerciante de vinos y natural de Valdepeñas, que le puso su nombre, y con el tiempo traspasó el local a su hijo, Antonio, cuya hermana, Lola, regentaría la tasca hasta el año 1979. Se cerró temporalmente con la jubilación de Tasio, su encargado, hasta que en 1982 la volvió a poner en marcha Juan Manuel Priego Durán, gracias en parte a los esfuerzos de Luis Carandell y José Luis Pecker. Al parecer, sus torrijas fueron tan famosas que el rey Alfonso XIII y su familia las solicitaban para desayunar a diario.[6][7]
La taberna conserva la azulejería original y una típica decoración de cabezas disecadas de toros estoqueados en 1902, entre otros variados motivos y cuadros con escenas taurinas. Mantiene la antigua instalación de luz de gas y una caja registradora de más de 120 años. De su menú puede mencionarse el rabo de toro y la olla gitana. Francisco Cíes, propietario de la taberna, recuerda que se sentaba en el rincón favorito de Zuloaga, que desayunaba una botella de tres cuartos de vino blanco, una barrita de pan seco y una copita de anís, y escibía en un velador de mármol".[8] Fue también muy frecuentada por Gloria Fuertes, que nació y vivió en Lavapiés.[9]
Referencias
↑Hoff, Roma (1982). «Taberna de Antonio Sánchez». Revista de Folclore, nº 18. Consultado el 31 de agosto de 2015. «Cuando Antonio Sánchez murió en 1964, el periódico "Ya" dijo: "Torero, tabernero y pintor, el hombre de múltiple personalidad. El atendía las tertulias de escritores y artistas reunidos al amparo del refugio de su taberna, la única madrileña que había merecido inspirar un libro y cuya historia había rebasado las fronteras"».
↑Medardo Fraile, (2008), «Entradas de cine», Madrid