Sursum corda (en latín, «arriba los corazones») es una expresión del prefacio de la misa cristiana según todas las liturgias antiguas de Oriente y Occidente, remontándose a los primeros testimonios históricos.[1] Por ese motivo, también forma parte del rito romano. En la versión actual de la misa en español se ha traducido como «Levantemos el corazón».[2] Cuando el sacerdote dice estas palabras los fieles responden: «Lo tenemos levantado hacia el Señor».[2]
Definición
Derivada de la expresión «Sursum corda», se creó la palabra sursuncorda, que alude a un personaje anónimo de mucha importancia,[3] en quien se delega todo lo que uno no quiere hacer ("¡Que lo haga el sursuncorda!") o a quien no se está dispuesto a obedecer por mucha que sea su autoridad ("¡No voy allí aunque lo mande el sursuncorda!")».[4]