El proceso de soldadura por explosión se conoce técnicamente como EXW (EXplosion Welding), basándose en la detonación de una carga explosiva colocada adecuadamente y que obliga a uno de los metales que se desean soldar a precipitarse aceleradamente sobre las otras piezas[1].
Una de las condiciones fundamentales para que se realice esta soldadura es la existencia de un flujo o "chorro limpiador" que viaje inmediatamente por delante del punto de colisión a alta velocidad, expulsando óxidos y contaminantes, dejando así limpias las superficies de unión.
Entre las reducidas aplicaciones de esta soldadura están la calderería, para la fabricación de recipientes a presión, y la industria eléctrica, para la fabricación de juntas de transición donde entran en juego materiales difícilmente soldables entre sí como el aluminio y el cobre.
Proceso
El proceso de unión de materiales diferentes mediante soldadura por explosión comienza por la limpieza de las superficies a unir. Aunque el barrido de la onda explosiva ejerce una limpieza de residuos, es recomendable realizarla igualmente. A continuación se coloca el material base (chapa nº 1), sobre el cual se va a explosionar y se le colocan unas pequeñas pletinas de metal en forma de L, distribuidas por toda la superficie, con la única función de dejar una separación conocida y uniforme entre ambos materiales (chapa nº 1 y chapa nº 2). Después se coloca un pequeño cerco alrededor de esta "construcción", de forma que al colocar el polvo explosivo sobre la chapa nº 2 quede distribuido por todos los puntos incluidos los bordes y no se caiga. Por último se coloca el detonador, generalmente a media distancia de la longitud media de la chapa pero junto a un extremo (depende de las dimensiones de la misma). Al realizar la detonación, la onda expansiva aprieta una chapa contra la otra creando una "ola" que recorre todo el material. Debido a este efecto, todas las pletinas así como la suciedad son expulsadas y con el calor generado por la explosión, los materiales quedan unidos entre sí.
Con este tipo de soldadura la dilución y las ZAT (zona afectada térmicamente) son mínimas.
Posteriormente y en función de la finalidad del material bimetálico obtenido se suelen hacer una serie de ensayos no destructivos como UT (Ultrasonidos).
También se usa para la fabricación de algunas monedas bimetálicas.[2][3]