La socavación general es un fenómeno de largo plazo, que podrÃamos llamar natural, se da en la parte alta de las cuencas hidrográficas, donde la pendiente del talweg es elevada. Como consecuencia, la velocidad del agua y la capacidad de arrastre de la corriente es elevada. En la medida que el flujo arrastra más material, el flujo alcanza rápidamente su capacidad potencial de arrastre, el mismo que es función de la velocidad. En ese punto ya no produce socavación, la sección, márgenes y fondo son estables. A medida que se avanza en el curso del rÃo o arroyo, la pendiente disminuye, consecuentemente disminuye la velocidad, y la corriente deposita el material que transportaba.
Socavación localizada
Los casos más tÃpicos de socavación localizada son:
Al pie de un talud, lo que podrá provocar su derrumbe, si no se toman medidas;
Alrededor de los pilares, o debajo de la cimentación de la cabecera de un puente, pudiendo provocar la caÃda del mismo.
Inmediatamente aguas abajo de un embalse. En efecto, el embalse retiene casi la totalidad del transporte sólido del rÃo, asÃ, el agua que es descargada aguas abajo de la represa está casi totalmente libre de sedimentos, teniendo por lo tanto una capacidad de socavación considerable.
En una estadÃstica realizada en 1976, sobre las causas de fallo o rotura de 143 puentes en todo el mundo, resultó:
1 fallo debido a corrosión,
4 a la fatiga de los materiales,
4 al viento,
5 a un diseño estructural inadecuado,
11 a terremotos,
12 a un procedimiento inadecuado de construcción,
14 fallos fueron por sobrecarga o impacto de embarcaciones,
22 por materiales defectuosos y finalmente
70 fallos fueron causados por crecidas (de los cuales 66 fueron debidos a la socavación, 46% del total).
Esto muestra que los aspectos hidráulicos son fundamentales en los puentes; un buen conocimiento de estos aspectos hará el puente más seguro y barato.[2]