La Sierra de Francia es una comarca de la provincia de Salamanca, en Castilla y León, España. Sus límites no se corresponden con una división administrativa, sino con una demarcación histórico-tradicional.[1] La parte más elevada hace de frontera natural con la comarca de Los Agadones, por lo que sus habitantes también usan el topónimo «Sierra de Francia» para referirse a la vertiente que da al oeste.
La Sierra de Francia está situada en el sur de la provincia de Salamanca y ocupa una superficie de 628,43 km².[2] Es una de las subdivisiones del Sistema Central. Su paisaje se caracteriza por la gran extensión de montes poblados de grandes masas boscosas y valles por los que circulan numerosos ríos y arroyos. El punto más alto de todo el conjunto montañoso es el pico de La Hastiala (1735 m s. n. m.), situado entre los términos municipales de Monsagro y El Maíllo, pero el más famoso es el de la Peña de Francia (1727 m s. n. m.),[3] que se encuentra entre los términos de El Cabaco y Monsagro. En su cima hay un santuario mariano, y un mirador. También son reseñables las cumbres de la Mesa del Francés (1638 m s. n. m.) y el Pico Robledo (1614 m s. n. m.).
El valle de Las Batuecas, situado entre los términos municipales de Ladrillar y La Alberca, es muchas veces considerado una microcomarca o subcomarca de la Sierra de Francia estrechamente vinculada a Las Hurdes debido a que su aislamiento secular propicia una serie de características singulares como el microclima.[1]
La presencia humana en la zona está documentada desde antiguo. Así, la existencia del dolmen de La Morisca en Nava de Francia, del abrigo rupestre del Canchal de las Cabras Pintadas de las Batuecas (declarado Bien de Interés Cultural), o de seis lagares rupestres en Linares de Riofrío en los parajes de «Coquilla», «Las Viñas», «Majada Llana», «Las Carreteras», «Los Vallejos» y «Relagüesa», todos ellos realizados en berrocales, atestiguan este hecho. Por otro lado, se han encontrado vestigios en Cepeda, Santibáñez de la Sierra, Sotoserrano o La Alberca que permiten afirmar la existencia de antiguos castros prerromanos en la ubicación de las actuales poblaciones.
Época romana
Asimismo, la antigua mina de oro de Las Cavenes, en El Cabaco, da fe de la presencia de poblamiento y actividad económica en época romana. En este sentido, la calzada que atraviesa Santibáñez de la Sierra dividiéndose en dos vías más allá de Las Puentes del Alagón (una hacia Coria y la otra en dirección a Las Cavenes y Ciudad Rodrigo) reforzaría este hecho. También son de esta época los puentes de Sotoserrano y del El Cabaco.
Época visigoda
Posteriormente, en la época visigoda podrían datarse los sepulcros antropomorfos encontrados en Santibáñez de la Sierra, así como varios trozos de pizarra y restos de cerámica hallados en Cepeda, o las pizarras denominadas de Pedro Martín en Sotoserrano. Precisamente en esta época se habría dado la mítica batalla de Segoyuela, entre los musulmanes y el rey visigodoDon Rodrigo, que dio origen a la leyenda de la Reina Quilama en Valero.
La repoblación se hizo con colonos traídos del Norte de la península, pero también de Francia, procedentes de la región de la Gascuña, por mediación de Raimundo de Borgoña, noble francés casado con la reina Urraca I de León, hija de Alfonso VI de León. Es por esta razón por la que a esta serranía se la conoce como Sierra de Francia y por ello existen en ella algunos topónimos de influencia francesa o apellidos franceses, como Bernal o Gascón.[10]
Al final de la Edad Media destaca un hecho de importancia capital para la zona: el hallazgo de la imagen de la Virgen de la Peña de Francia (1434), que convirtió el santuario construido posteriormente en un lugar de peregrinación, al que se unieron los peregrinos del Camino de Santiago que seguían el llamado Camino del Sur por la Calzada de la Plata.
Posteriormente, tuvo notoria importancia para la comarca la donación en 1457 de Miranda del Castañar como condado a Diego López de Zúñiga, del que pasaron a depender varias localidades de la comarca, pasando dicho condado a la Casa de Alba en el siglo XIX debido al matrimonio entre el duque de Alba y la condesa de Miranda. Precisamente la Casa de Alba pasó a detentar desde el siglo XVLa Alberca, por concesión de Juan II, pasando a depender de la jurisdicción de la villa de Granadilla. No obstante La Alberca logró mantener cierta autonomía respecto a Granadilla, al obtener sus propias ordenanzas en 1515.
En 1940, La Alberca se convirtió en el primer municipio en obtener la distinción de Monumento Histórico-Artístico por la belleza y el alto grado de conservación de su casco urbano tradicional, con su característica arquitectura de tramoneras con madera y piedra.
Demografía
Gráfica de evolución demográfica de Sierra de Francia entre 1900 y 2017
La comarca de la Sierra de Francia al igual que la mayoría de las comarcas salmantinas, sufre un gran declive demográfico. En esta comarca hasta los años 60 casi todos sus municipios tenían entre 400 y 900 habitantes (con excepciones como La Alberca, Miranda del Castañar o Linares de Riofrío) siendo municipios dinámicos económica y demográficamente, llegando a su culmen en los años 40 y 50. Pero desde el éxodo de los años 70 ha sufrido un fuerte descenso demográfico, y prácticamente todos sus municipios tienen menos de 500 habitantes y además tienen una tendencia negativa. Aun así desde los años 90 se ha conseguido frenar un poco dicha tendencia, gracias al auge del turismo rural en muchos de estos pueblos por su gran interés natural, paisajístico y arquitectónico. De hecho localidades como La Alberca han conseguido mantener el millar de habitantes y la práctica totalidad de los servicios, aunque no es la regla general de la comarca.
Cultura
Arquitectura tradicional
La fachada de la casa serrana presenta sillares de granito en la planta baja y largas tramoneras en las plantas superiores. Este es el elemento más característico de las construcciones locales. Son una estructura o conjunto de vigas de madera entre las que se colocan sillarejo, adobe o tapial. Sus fachadas pueden dejar vistas estas vigas y palos, pero para mayor protección se revestían con teja, tablas y sobre todo revocos de cal con curiosos y llamativos trazados y colores que le dan un aspecto propio inconfundible y rico plásticamente.[14]
Según la capacidad económica de los moradores y la necesidad de habitaciones con el aumento de población, la casa presenta uno o dos pisos en altura.[14] En la mayoría de los casos son dos.[14]
En los tejados no se observan chimeneas, pues se suelen sustituir por un cántaro roto. A veces el humo simplemente sale por un teja levantada.[14]
El interior de la casa tiene una organización muy peculiar. La primera planta posee dos puertas, una por la que se accede a la escalera que da lugar a los pisos superiores y otra muy ancha que abre una estancia multifuncional que se usa como cuadra o como garaje. Este espacio multifuncional suele acoger a veces una bodega con una pequeña puerta con barrotes para la aireación. Un elemento muy característico de este lugar es la «ventana de la hierba», una oquedad que permite a los habitantes acceder a los comederos del ganado desde la escalera.[14]
El primer piso se dedica al alojamiento. Acoge dos o más habitaciones con sus respectivas alcobas. La más grande presenta una sala de estar y da a la calle con un característico balcón o ventana en la fachada.[14] El segundo piso cuenta con la estancia más importante de la casa: la cocina.[14]
La cocina mantenía un fuego encendido sobre una losa, separado de la pared por un «trashoguero».[14] Una de sus características es que no presenta chimenea. Encima de la cocina se encuentra el «sobrao» o espacio diáfano separado de esta por un «sequero» o entramado de tablas.[14] Debido a su propia temperatura, el humo se escapa ascendiendo hacia el «sobrao» haciendo secar y conservar las chacinas, embutidos u otros productos caseros en este espacio. Al «sobrao» se accede por el último tramo de escalera, y también suele albergar un horno.[14]
Deporte
La Sierra de Francia es escenario de una de las pruebas más importantes de trail running que se celebran en la actualidad. Se conoce como la carreras de Tres Valles y discurre por los valles del Alagón, Agadón y Batuecas. Se ha convertido un referente a nivel nacional. Se celebra el segundo fin de semana del mes de marzo, con salida y llegada en la localidad de La Alberca.[15]
Cultura literaria
La Fundación Santísimo Cristo de Arroyomuerto convoca anualmente el Certamen Literario de Poesía y Relato Sierra de Francia, que tiene por objeto incentivar el conocimiento de la comarca de la Sierra de Francia y aumentar el fondo del proyecto de la Fundación, denominado «Biblioteca Temática de la Sierra de Francia» en el pueblo de San Miguel del Robledo (antes llamado Arroyomuerto). Aunque este concurso literario tiene temática libre, se valora particularmente que incluya alguna referencia a pueblos, personas, eventos, monumentos o parajes de la Sierra de Francia. Las obras del ganador y los finalistas son reunidas y publicadas en un libro antología, que forman parte del fondo-biblioteca antes mencionada.
El Camino del Agua es una ruta circular de unos 9 km que recorre el valle del río Milanos, parte de la población de Mogarraz y pasa por Monforte de la Sierra para terminar nuevamente en Mogarraz. Algunas de las obras artísticas que se pueden contemplar son la titulada K’oa, consistente en dos jaulas metálicas, del artista salmantino Miguel Poza, la titulada Serena, de Virginia Calvo, alegoría de una ninfa con su cola alzándose en el bosque, la titulada Cruz de Mingo, de Florencio Maíllo o las sillas metálicas de Manuel Pérez de Arrilucea. El camino pasa además por un mirador desde el que se obtiene una amplia vista de la localidad de Mogarraz en medio del valle y, tal como indica su nombre, el agua es protagonista durante todo el sendero pues cruza el río Bocino, por la pasarela del Bocino, el arroyo Milano, por los puentes de Los Molinos y del Pontón.[17]
Camino de las Raíces
El camino de las Raíces es una ruta circular de 9 km de longitud que comienza y termina en La Alberca. Uno de sus atractivos es el paisaje que atraviesa, con lugares especialmente reconocidos como la laguna de San Marcos, donde se sitúa la instalación artística de Fernando Casás, titulada Asteroide S 09 2010. Otras de las instalaciones que pueden verse son Del espejismo de un bosque, de Begoña Pérez, La majá, de Lucía Loren, Hojas de roble, de Iraida Cano, Panal, de Carlos Beltrán, y Sombra, de Fernando Méndez. Por el camino se puede visitar también la Ermita de Majadas Viejas, las ruinas de la Ermita de San Marcos y la fuente del Castaño.[18]
Camino de los prodigios
El camino de los prodigios es una ruta circular de alrededor de 11 km de longitud que parte de Miranda del Castañar y pasa por Villanueva del Conde para terminar nuevamente en Miranda del Castañar. En él se pueden contemplar obras de los artistas Félix Curto, Alfredo Omaña, Marcos Rodríguez y Pablo S. Herrero. La obra de Alfredo Omaña destaca especialmente por sus instalaciones de camas en la naturaleza, la de Marcos Rodríguez por esculturas de animales en piedra, la de Félix Curto añade además frases célebres para la reflexión y la Pablo S. Herrero se centra en la intervención en fachadas, para camuflarlas o naturalizarlas en el paisaje.[19]
Ruta del vino
La ruta del vino Sierra de Francia cuenta con actividades que se celebran anualmente como la Cata de primavera de Sequeros, la Batalla del Vino de Sotoserrano en agosto o la Fiesta de la Vendimia Tradicional de San Martín del Castañar que tiene lugar en octubre.[20]
Camino asentadero-bosque de los espejos
El camino asentadero-bosque de los espejos es una ruta circular de unos 9 km de longitud que recorre las localidades de San Martín del Castañar, Sequeros y Las Casas del Conde. Entre las obras artísticas que se pueden contemplar se hallan A puntadas o La casa del árbol, de Luque López, de Luque López, Mochuelos, de Pablo Amargo, o Efímeras magentas, de José Antonio Juárez. Destacan especialmente las tallas artísticas que se han realizado en ciertos olivos de Las Casas del Conde. El camino pasa en algunos momentos por un camino de piedras antiguo con cierta singularidad, además de fincas, paredes y escaleras que dan a viñedos del lugar.[21]
Uno de los lugares más destacados de la comarca es el santuario dedicado a la advocación mariana correspondiente a la Natividad de María, un importante lugar de peregrinación al paso del Camino de Santiago por la provincia de Salamanca. Se sitúa en el término municipal de El Cabaco y está regido por los padres dominicos, es el santuario mariano a mayor altitud del mundo.
Una réplica de la Virgen se encuentra en la región de Bicolandia, Filipinas, de la que es patrona.[22] Así mismo, es patrona de São Paulo,[23] Itapira y Resende Costa, en Brasil, de León y de Castilla, en España. El 19 de mayo de 1434, el peregrino francés Simón Vela encontró la imagen de la Virgen en lo alto de la Peña de Francia[24][25] y, a partir de 1436, contando con el apoyo de Juan II de Castilla y la intervención inicial de Lope de Barrientos,[26] se hicieron cargo de la imagen y de su ermita los dominicos. En 1445 se comenzó la construcción del convento y la ampliación de la iglesia, finalizada en 1450. Aunque, la sacristía es del siglo XVI, la portada neoclásica y la escalinata son del siglo XVII, y la torre del siglo XVIII.
En La Alberca se encuentra una casa museo que muestra la forma de vida tradicional de la comarca hasta hace unas décadas. Miranda del Castañar destaca por el castillo de los Zúñiga, condes de Miranda del Castañar, reconstruido a principios del siglo XIV sobre un castillo anterior del siglo XII, y su plaza de toros, cuadrada, una de las más antiguas de España. En Mogarraz se encuentra el museo etnográfico Casa de las Artesanías, un recorrido por la artesanía más peculiar de la zona. En San Martín del Castañar se encuentra el yacimiento arqueológico de La Legoriza, donde se exponen los restos de un antiguo campamento visigodo. Villanueva del Conde destaca por la disposición de sus casas en forma de núcleo defensivo amurallado. Los espacios interiores cerrados se llaman comúnmente «huertitas» y corresponden normalmente a los patios traseros de las casas. Se accede por medio de tres accesos practicados debajo de las casas y unidos por medio de las «callejinas» franqueadas por muros de piedra de un metro de altura. El resto de pueblos, aunque no poseen esta calificación, también conservan en mayor o menor medida la típica arquitectura serrana. Entre estos últimos, son destacables Cepeda, Herguijuela de la Sierra, Las Casas del Conde, Madroñal, Monfortey Sotoserrano.
Esta comarca, a pesar de su gran sentido de identidad, con características geográficas, económicas, sociales e históricas afines, no cuenta con el reconocimiento legal para su desarrollo administrativo. Lo más parecido a un órgano administrativo que la gobierne es su mancomunidad.
↑ abcdLlorente Maldonado, Antonio (1976). Centro de Estudios Salmantinos, ed. Las comarcas históricas y actuales de la provincia de Salamanca. p. 157. «La Sierra de Francia Alta comprende, más o menos, los siguientes municipios: Linares, El Tornadizo, San Miguel de Valero, La Bastida, Cilleros de la Bastida, Cereceda, El Cabaco, Maíllo, Monsagro, La Alberca, Nava de Francia y Arroyomuerto. A La Sierra de Francia Baja pertenecen Valero, San Esteban de la Sierra, Santibáñez de la Sierra, Garcibuey, Las Casas del Conde, San Martín del Castañar, Villanueva del Conde, Monforte de la Sierra, Miranda del Castañar, Madroñal, Cepeda, Herguijuela de la Sierra, Sotoserrano, Pinedas, Molinillo, hallándose Sequeros en una posición intermedia (...) Después de haber estado varias veces en Monsagro, pueblo que no conocía en 1974, tengo que rectificar, pues evidentemente, y desde todos los puntos de vista, Monsagro, a pesar de hallarse en la vertiente suroeste de la Sierra de Francia, pertenece al Campo de Agadones, a la Sierra de Gata (página 128). Las Quilamas se hallan en la vertiente meridional de la Sierra Mayor, es decir, de la Sierra de Tamames y Navarredonda, entre Linares, San Miguel de Valero y La Bastida. Se despeña por medio de sus fragosas breñas el río Quilama (página 75) en Pico Cervero, término de Escurial, y cuya sierra divide a la de Francia, del Campo, es decir, al sur de Pico Vercero está la Sierra de Francia, al norte está el Campo, en este caso La Huebra (página 95). Comprende La Calería los pueblos de La Rinconada, Navarredonda, Escurial (Huebra) y Linares (Sierra). En Rinconada, Navarredonda y Escurial son charros, y vestían de charro, en Linares son ya serranos, y vestían de serrano; en los tres primeros pueblos su habla tiene una pronunciación castellana; en Linares, en cambio, pronunciación ya meridional, extremeña (página 75). A juzgar por lo que se dice en el fuero, y en otros documentos, la Sierra incluiría no sólo la Sierra de Francia propiamente dicha y toda la depresión del alagón, sino también toda la Sierra de Tamames o Navarredonda o Escurial, es decir, la alineación montañosa que va desde Linares y San Miguel de Valero hasta el puerto de la Calderilla y las inmediaciones de Tamames y que constituye un ramal transversal de la propia Sierra de Francia (página 51). Como ya dijimos antes, Linares, a caballo entre La Sierra y El Campo, y entre La Huebra y Las Bardas pertenece realmente a La Calería, subcomarca especial, sin dejar, por ello, de formar parte de La Sierra, de ser, viniendo del Campo de Salamanca, el primer pueblo que puede ser considerado lingüística y etnológicamente serrano, o por lo menos no charro (página 96). Recordemos las dos microcomarcas de Las Batuecas y Las Quilamas, ambas en La Sierra, y concretamente en La Serranía de Francia (página 128).»
↑Suma de los datos de extensión de las localidades de la Sierra de Francia. INEArchivado el 24 de septiembre de 2015 en Wayback Machine.
↑Diócesis de São Miguel Paulista (Brasil): «No dia 07 de junho de 1985 o novo Santuário de Nossa Senhora da Penha foi elevado à condição de Basílica Menor, pelo Papa João Paulo II que na sua Bula Pontifícia lembra a condição de "Nossa Senhora da Penha de França" como padroeira civil da cidade de São Paulo».
↑Felix Barroso Gutiérrez: Las Hurdes, tres estampas etnográficas, en Revista de Folclore, nº 162 (Fundación Joaquín Díaz, Valladolid): El hecho histórico de la aparición de la Virgen de la Peña se remonta al siglo XV. Por 1434, miércoles de la infraoctava del Espíritu Santo, reinando en Castilla Juan II, el peregrino francés Simón Roland -más conocido por Simón Vela-, tras siete años de búsqueda, encontrará, dentro de una covacha, una de esas tallas negras, que pasará a llamarse la Virgen de la Peña de Francia. Posteriormente, en otros refugios rocosos de esta montaña aparecerán otras imágenes, casi todas ellas de factura románica, que, sin lugar a dudas, fueron escondidas por los cristianos ante el avance musulmán en la Península Ibérica.
↑Ángel del Pozo (El Norte de Castilla, 3-12-2008): La montaña mágica: Otro día, Simón marcha tras unos carboneros serranos a los que había visto reñir en el mismo mercado y mentar el nombre de la Peña de Francia, aunque no le habían querido dar señas del enclave. Cuando llega se encamina a la cumbre, allí después de pasar tres noches y sin encontrar nada aún, se le aparece la Virgen en una noche de tormenta en medio de una gran luz, indicándole la gruta donde encontrará una imagen que lleva buscando siete años.