La villa de 1925 está inscrita en el inventario suplementario de los monumentos históricos del 29 de junio de 1994. Paralelamente, el jardín es objeto de una atención particular: pre-inventariado con el título de los jardines notables de Francia « jardins remarquables»,[2] y atribución de la etiqueta « "Patrimoine du XXe siècle"».[3]
Localización
Se ubica sobre la cornisa del "Massif des Maures".
Está abierto a diario, se paga una tarifa de entrada.
Historia
La historia del señorío es antigua, comienza en el año 1910, cuando el rico banquero parisiense Alfred-Théodore Courmes hizo construir un bonito chalet de estilo Art nouveau rodeado de un jardín exótico así como de una monumental pérgola.[4]
En 1940 la Sra. Courmes vendió la finca al ingeniero aeronáutico Henri Potez, que restauró los edificios y construyó una escalera desde la pérgola hasta el mar.
Con un personal de diez jardineros, el jardín fue ampliado y mejorado, y en 1948 contuvo casi 400 especies. Sin embargo cayó en negligencia y fue abandonado posteriormente hacia finales de los años sesenta.
El conjunto cubre una superficie de siete hectáreas y se salvó de la especulación inmobiliaria en 1989 gracias al "Conservatoire de l’espace littoral et des rivages lacustres" (Conservatorio del espacio litoral y las orillas lacustres).
Desde esta fecha el jardín ha sido totalmente rediseñado por el paisajistaGilles Clément.[5] Elaboró en este espacio privilegiado un mosáico de jardines de tipo mediterráneo: californiano (cactus, etc), sudafricano, australiano (eucalipto, etc), neozelandés (helechos arborescentes, etc), chileno (cactus, etc)..
Colecciones
En la actualidad el jardín ha sido reacondicionado en secciones donde se representan:
La pequeña playa de la finca es el punto de partida de un original y pasionante descubrimiento de la vida submarina en el Mediterráneo. Esta visita, acompañada por monitores del Conservatorio, se precede de una presentación de las principales especies marinas susceptibles de encontrarse, de sus especificidades y la mejor manera de reconocerlos en su medio.