Se sabe que la quebrada estuvo habitada desde el siglo XII aproximadamente, por los vestigios encontrados en el asentamiento de Caserones, a unos 25 km al poniente de Tarapacá, en la ruta de Camino del Inca. A finales del siglo XVI el Señor de Chucuito tenÃa bajo sus dominios los valles Lupacas. Como parte del Reyno de Chucuito al inicio de la conquista española, Felipe Lucaya fue curaca en Tarapacá.
Si bien no cuenta con fundación oficial, la primera misa fue el dÃa de San Lorenzo y ya estaba ocupada en 1536, cuando las expediciones de Diego de Almagro y Pedro de Valdivia pasaron por ella, en la ruta del Inca (que iba desde el Cusco a las tierras de Tucma y Chili). Las buenas condiciones climáticas favorecieron su poblamiento rápido, y el establecimiento (acá y en el cercano poblado de Huarasiña) de una sociedad criolla entroncada con las más altas casas españolas, limeñas, potosinas, cusqueñas y arequipeñas.
Gracias a las actividades económicas y lo intenso del comercio de la región, las familias de Tarapacá se hicieron de grandiosas fortunas, gracias a la producción vitivinÃcola y su comercio a Lima y Potosà y el establecimiento del Real Asiento de Minas de Plata de Huantajaya, la segunda veta argentÃfera más importante del Alto y Bajo Perú en las postrimerÃas de la Colonia. Entre estas familias destacó la de don Basilio de La Fuente, quien financió importantes obras en la quebrada durante el siglo XVIII.
En 2005 padeció de un fuerte terremoto, tras el cual se reconstruyó su iglesia entre otras edificaciones. Actualmente ha perdido relevancia en favor de otras ciudades y localidades de la región, siendo solo un pueblo de 135 habitantes, pero rico en cultura y tradición.
La festividad de San Lorenzo es una festividad religiosa anual en honor al santo patrón del pueblo, Lorenzo de Roma. La fiesta se realiza anualmente desde los años 1640[1] o incluso un siglo antes,[2] durante la colonia española, en lo que por entonces era el Virreinato del Perú. La adoración de San Lorenzo se oficializó en el lugar a partir de 1720, con la construcción de la Iglesia de San Lorenzo.[2]
Esta actividad se celebra el 10 de agosto de 2023, y reúne a decenas de miles de personas, durante una semana,[3] muchos de los cuales acampan en el lugar.[2]
Iglesia de San Lorenzo: data del siglo XVII y es representativa del estilo surperuano, con techo de mojinete a dos aguas y con un alto campanario de espigada figura que rompe con el esquema de la iglesia (de orden incásico), siendo de orden clásico. Estuvo en muy mal estado, luego del terremoto del 13 de junio de 2005, pero ha sido reconstruida y refaccionada completamente por tratarse de un importante lugar turÃstico que reúne a cientos de miles de personas para el 10 de agosto, dÃa en que se celebra al santo.
Palacio de Gobierno: otrora imponente edificio solariego del que hoy solo quedan las arcadas del ingreso y la amplia escalinata que daba al zócalo que lo precedÃa. Luego del terremoto de 2005, las arcadas se encuentran en ruinas.