Michaela Klinger (Sandra Hüller) es una joven residente de una localidad rural que desea hacer una vida normal a pesar de padecer ataques epilépticos. Un día le llega una notificación en la que le informan que ha sido admitida en la Universidad de Tubinga. Emocionada por volver a estudiar tras estar de baja por su infructuoso tratamiento, acepta ir a pesar de la oposición de sus padres (Burghart Klaußner y Imogen Kogge), los cuales creen que trasladarse en su estado no hará sino agravar aún más su enfermedad.
A los pocos días empieza a experimentar fenómenos extraños: es incapaz de rezar, estudiar e incluso de hablar además de escuchar extrañas voces. Debido a estos sucesos Klinger cree que su epilepsia es en realidad una posesión.
La película obtuvo críticas positivas, especialmente entre los críticos del cine europeo. Se reconoció como una gran producción que se basa claramente en la vida de la joven Anneliese Michel, quien había sufrido el incidente en la vida real.
”Requiem es una recreación fría y analítica de los hechos, dejándole el hueco exacto a la imaginación o fantasía (...) la actriz es magnífica y le proporciona el tono adecuado a la tragedia (...) Puntuación: ★★★ (sobre 5)”.