Estudió en la Facultad de Letras de la Universidad de Lisboa hasta 1967, donde defendió su tesis de licenciatura sobre los romances de Franz Kafka (Franz Kafka, Uma Escrita Invertida - 1969). Dio clases de enseñanza secundaria y se dedicó a editar textos sociológicos y de obras de vanguarda, de literatura, de teatro y de cine (Mondar Editores).
De algún modo, movidos por la idea que explica la máxima del sociólogo y antropólogofrancés, Marcel Mauss (Hay más poesía en un grano de realidad de la que hay en el cerebro de los poetas), algunos cineastas portugueses, en particular en los surgidos con ocasión de la revolucíón del 25 de abril, recorrieron su país de punta la punta, cámara mano.
Con apoyos oficiales o en coproducciones con la RTP (Radio Televisión Portuguesa), unos apostaron por el cine militante. Películas hechas con bajos presupuestos, pero en total libertad. El «cine de intervención», género en que casi toda esa producción se encaja, reinaría durante algunos años y dejaría obras importantes, y aún notables, muchas de ellas sin embargo olvidadas.
Tenaz en su independencia, más empeñado en la expresión de la verdad que en la verosimilitud, Ricardo Costa se identificaba más con esa simple idea del que con el propósito de cambiar el mundo, cultivó un estilo en que el mundo real se transfigura en expresión poética, en retrato, en punto de interrogación sobre un tiempo que escapa al tiempo, sin ceñirse al lugar en que, filmada, esa realidad se manifiesta. La puesta en escena, la vertiente de ficción, ha sido en su obra una tentación permanente.