Está situado en una zona de páramos y vegas sedimentadas.[2] Es por tanto, una zona migratoria y de nidificación para las aves acuáticas. El Duero está rodeado de bosques de ribera y constituye un ecosistema palustre muy interesante. Es una zona de grandes praderas y ausencia de grandes elevaciones.
Historia
Su columna vertebral, el río Duero, lo cruza de este a oeste. El apresamiento de las aguas del río Duero a su paso por el término municipal de Castronuño, con la construcción del embalse de San José en la década de los cuarenta, fue lo que originó la formación de esta reserva que constituye un ecosistema con singulares elementos bióticos y paisajísticos. Encharcó muchos sedimentos fértiles de la orilla del río, que fueron colonizados poco a poco por grandes masas de carrizal, mantenidos por el nivel tan constante del embalse. Cuanto mayor fue creciendo la masa de carrizal atrajo a más aves especializadas en la vida de los humedales. Se trata pues de un humedal seminatural. Fue declarado Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) en 1992 y Reserva Natural 10 años después.[3]