El Real Sitio de la Florida fue una finca perteneciente a la Corona española en los alrededores de Madrid. En la actualidad ya no existe y el terreno se encuentra totalmente integrado en la ciudad y edificado en una gran parte.
En 1792 la finca -que constaba de un palacio, huertas, tierras, palomar, casa de vacas, fuentes, montaña y unos jardines colocados en terrenos a distintos niveles- fue adquirida por el rey Carlos IV. Además, el rey compró a Manuel Godoy la llamada finca de La Moncloa, añadiéndola a la Florida convirtiendo las dos posesiones en una finca de recreo denominada Real Sitio de la Florida. Amplió aún más la finca comprando la Granjilla del convento de San Jerónimo, tierras y huertas de los duques de Alba y algunas tierras del Seminario de Nobles. Carlos IV mandó construir un nuevo palacio, obra del arquitecto italiano Felipe Fontana, quien construyó en la parte más baja de los terrenos la ermita de San Antonio de la Florida, único resto arquitectónico de esta real posesión. La finca estaba rodeada por una sólida tapia a prueba de visitantes no deseados.
Con el tiempo, la montaña del Príncipe Pío se segregó de la Florida. La calle del Marqués de Urquijo señala el límite: al sur de ésta quedaba la Montaña y al norte, la Florida. En 1831, Fernando VII cedió la montaña del Príncipe Pío a su hermano el infante Francisco de Paula que la convirtió en parque público con paseos y jardines. Entre mediados y finales del siglo XIX se construyó en sus terrenos el barrio de Argüelles.[4]