El área protegida fue creada en 1996 mediante el decreto-acuerdo 40/1-GOB-1996 del Poder Ejecutivo de Tucumán. En dicho instrumento legal se definieron sus límites tomando en consideración los accidentes geográficos. El límite oriental lo forma el cordón cuyas cumbres destacadas son el Ñuñorco Chico y el Ñuñorco Grande y el lateral occidental el cordón del Nevado de Las Ánimas. La reserva se extiende en el valle creado entre estos cordones, que determina el cauce del río Los Reales, entre El Rincón, al norte y Pueblo Viejo al sur.[3]
La quebrada del Portugués presenta un relieve abrupto, caracterizado por bruscas pendientes y formaciones graníticas casi verticales, donde los arroyos y cauces menores forman cascadas y saltos. Geológicamente, la quebrada en sí misma es producto de una gran falla, que se interseca con otra semejante en la quebrada del río de Las Ánimas, determinando el paisaje anfractuoso con importantes afloramientos graníticos.[4]
Flora y fauna
La flora característica está compuesta por pastizales de mayor o menor grado de desarrollo, en función a los afloramientos rocosos. En las zonas más bajas y húmedas aibe (Festuca) y flechilla (Stipa), con algunas pequeñas zonas de alisales (Alnus acuminata).[4]
La quebrada del Portugués es una región notablemente rica desde el punto de vista arqueológico e histórico. El decreto de creación de la reserva señala, "Que de los informes técnicos y referencias históricas hacen presumir sobre el seguro hallazgo de yacimientos arqueológicos de las culturas que ocuparon y/o transitaron el sector conocido por la Quebrada del Portugués..." como uno de los objetivos de preservación del área protegida.[3]
Distintas investigaciones coinciden en afirmar que la quebrada del Portugués era desde tiempos prehispánicos la vía de comunicación que vinculaba los valles del noroeste con los llanos del sureste de lo que hoy es la provincia de Tucumán. Se considera que habría estado integrada dentro de una gran espacio asignado a la cultura Tafí, posiblemente entre el siglo I y el IX d. C.
Sin embargo, algunas evidencias sugieren la presencia de grupos de la cultura santamariana y aun ocupaciones más tardías.[7]
En la cumbre del cerro Ñuñorco grande existen restos arqueológicos que sugieren que pudo haber sido un sitio de ceremonial o de vigilancia dentro de la extensa red del camino del inca.[8]
↑García Azcárate, Jorgelina; Taboada, Constanza; Angiorama, Carlos I. (2002). «ESTUDIO DE IMPACTO CULTURAL EN LA QUEBRADA DEL PORTUGUÉS (TUCUMÁN)». Mundo de Antes n.° 3 - 2002 - Instituto de Arqueología y Museo (UNT). Consultado el 22 de abril de 2016. «La mayoría de las estructuras son circulares y, en algunos casos, se agrupan en torno a un patio central también circular. A veces estas unidades residenciales se encuentran tan próximas entre sí que habrían conformado verdaderos centros de población. En ocasiones, en cambio, se hallan aisladas, dispersas entre los campos de cultivo y de pastoreo.[...] se encuentran también asentamientos que responden a los patrones característicos de la denominada "cultura Santa María" del Valle Calchaquí, probablemente construidos hacia el siglo X de nuestra era. Es característico de dichos asentamientos el uso y construcción de grandes estructuras rectangulares semisubterráneas conocidas como "casas pozo", en las cuales se realizaban las tareas cotidianas.En ellas se han hallado fragmentos de las urnas características de la cultura Santa María, utilizadas para el entierro de párvulos.».