”Olivera ha sabido emplear el color con inteligencia y buen gusto, pero allí terminan sus méritos, pues el film es soez, abundan en él los chistes burdos, y como director de intérpretes consigue que actores de jerarquía…parezcan malos.”[1]
”Documenta el debut de Héctor Olivera como director cinematográfico, y revela en él un hombre inquieto por experimentar con fórmulas narrativas. Con el tiempo, el film podrá constituir un documento de su época, un inventario de lo que un sector de Buenos Aires, hacia 1968, pudo considerar lindo, interesante, prestigioso y hasta artístico.”[1]
Referencias
↑ abcdeManrupe, Raúl; Portela, María Alejandra (2001). Un diccionario de films argentinos (1930-1995). Buenos Aires: Editorial Corregidor. pp. 481-482. ISBN950-05-0896-6.