La política de Libia tras el comienzo de las Primaveras Árabes a partir de 2011. Entonces surgieron una serie de actores con el objetivo común de derrocar al régimen. La caída y muerte de Muamar el Gadafi, supuso el inicio de una etapa marcada por la frustrada la transición democrática, y acentuaron la lucha por los recursos de poder, siendo el petróleo el más importante.[1]
"Libia sigue dividida entre dos administraciones rivales. El Gobierno de Unidad Nacional (GUN), reconocido internacionalmente, tiene su sede en la ciudad noroccidental y capital del país, Trípoli, y está dirigido por el primer ministro Abdul Hamid Dbeibeh, mientras que el Gobierno de Estabilidad Nacional (GNE) tiene su sede en el este.[2]
El GNU recibe asesoramiento del Alto Consejo de Estado, y el gobierno oriental está respaldado por la Cámara de Representantes y el llamado Ejército Nacional Libio."[3]
El Consejo Presidencial designado por la ONU nombró en 2016 un Gobierno de unidad nacional, con la oposición de una parte de sus miembros. Desde entonces, la institución busca lograr el reconocimiento de los dos parlamentos rivales en el país, el de Trípoli y el de Tobruk, extremo que no consiguió el consejo que lo eligió.[4]
El Consejo de Estado Superior es un órgano político libio diseñado por Naciones Unidas en el contexto de la segunda guerra de Libia. Originalmente se concibió como una Cámara alta legislativa, con carácter consultivo, si bien ha extendido unilaterlamente sus funciones, estando por ello su legitimidad discutida. Se encuentra radicado en Trípoli.
Su control sobre Libia es limitado, pues una remanente de los diputados del Congreso, que son en su mayoría de ideología islamista, se negó a ceder sus cargos y se autoproclamó como la asamblea legítima. Apoyado en la rama del Ejército Libio comandada por Jalifa Haftar, ha intentado hacer efectivo su control del país, logrando gobernar sobre varias ciudades, entre ellas Tobruk, donde actualmente reside su sede. De forma paralela, los parlamentarios del Congreso General se han apoyado en las armas y con la ayuda de milicianos islamistas controlan la fracción oeste de Libia, incluida Trípoli. Este enfrentamiento político ha supuesto el culmen de la violencia en Libia surgida como una de las consecuencias de la guerra de Libia de 2011, dando lugar a una nueva guerra civil.