La plaza de toros de los Tejares fue una plaza de toros, ya desaparecida, de la ciudad de Córdoba (España). Fue construida por la sociedad creada por Joaquín Manté, emprendedor impresor que formó una sociedad de cien acciones que compraron en una primera fase la Huerta de Perea, y en una segunda fase, construyó según planos del arquitecto Manuel García del Álamo, en el cruce entre la actual Ronda de los Tejares y la avenida Gran Capitán.
Se construyó 15 años después del derribo de la plaza de toros de la Merced, construida en el siglo XVIII y derribada en 1831, que constaba sólo de 90 metros de diámetro y tenía capacidad para 1500 personas. El proyecto original era derribar la antigua plaza de hormigón armado y ladrillos en 1831 para hacer otra igual de mayor tamaño en un espacio más ergonómico para la ciudad, pero la situación de España en aquella época era de gran crisis, por lo que no se podían costear los edificios con facilidad, por lo que el proyecto se retrasó de 1832 a 1845. La plaza de los tejares iba a localizarse a las afueras de la ciudad y contener una capacidad de más de 10 mil espectadores, basada en diferentes planos de una plaza circular pero añadiendo un espacio anexo en forma de rectángulo. Pronto se vio el error, ya que la anterior plaza de menores dimensiones, situada junto al convento de la merced en los actuales jardines de Colón, tenía vomitorios desde las gradas y más altura, cuya estructura aguantó cien años antes de ser derribada, pero la nueva plaza de tejares había quedado diseñada de tal forma que sólo se podía entrar por una puerta desde el foso. Por ello la nueva plaza se sometió a muchas reformas antes de poder ser estrenada en 1860, así pues, Lagartijo no pudo torear allí en 1859. Tras el estreno tuvo que ser reformada una vez más debido al fuerte incendio de 1863 porque las paredes eran de madera, cosa que no ocurría con la plaza de la merced, que era de pilares hormigón sólido y cuya altura era de 90 metros por 90 de diámetro. La plaza de tejares en cambio no llegaba a los 25 metros. Como espacio de tauromaquia, se celebraban 4 ferias taurinas diferentes, la feria de la salud, la de la virgen, la de la fuente y por último la de Rafael, en julio, agosto, septiembre y octubre respectivamente. También era lugar para bailes, conciertos, mítines políticos y actuaciones circenses. Durante el siglo XIX se daban mucho los bailes de copla, y a principios del siglo XX llegó a albergar onras teatrales. En invierno la plaza no se solía usar por lluvia y nieve. Tejares en el siglo XIX era un barrio denominado así por los cortijos de la zona, ya que era la parte exterior de la ciudad. En cambio la anterior plaza de la merced era así porque así los viajeros, que se les llamaba mercedes, solían entrar por la puerta de linares, que era la puerta principal de la ciudad. Así pues, Merced recibió de nombre el monasterio y la plaza de toros.
En 1890 José Cintas Beldes mató a 5 personas en la finca del jardinito para robar 145 pesetas y comprar una entrada para ver una corrida de Lagartijo. A la salida de la corrida ya finalizada, la guardia civil lo detuvo a las puertas de la plaza y los jueces lo condenaron a la pena de muerte por garrote vil.
Manolete en 1940 llegó a torear en la plaza de los tejares y construir casa muy cerca del lugar,casa que se conserva a día de hoy, es una mansión blanca semiabandonada hasta que en 2015 se reformó y se hizo un restaurante.
En los años 1960 se crea el proyecto de la plaza de los califas, en honor de las grandes figuras del toreo cordobés, con la configuración de una plaza de más altura (45 metros) y de más capacidad, una vez más, a las afueras de la ciudad, que sustituye a la plaza de tejares, cerrada en 1965.
Al principio no se derriba la plaza de tejares del todo, sino que dejan la parte delantera, el vestíbulo rectangular, que contenía un bar. Esta zona no será derribada hasta 1976 para construir el edificio de Galerías Preciados. La vida de la plaza de tejares fue de unos 130 años y se vieron en ella la muerte de varios toreros y de unos mil caballos, porque en aquella época los picadores no les ponían peto a los caballos, y los toros con los cuernos destripaban a los caballos cuando en el tercio de varas el picador no podía detener al toro. También se podía ver a toreros entrando a matar directamente en la puerta de chiqueros, a pecho descubierto, con una espada y sin capote o muleta alguna, sino que mataban a los toros con la única ayuda de una espada de doble filo. y las corridas eran de 8 o 9 o incluso de 10 toros, desde las 4 de la tarde hasta las 9 de la noche. En un año podía llegar a haber hasta 100 corridas de toros, en los 4 meses de la temporada. Las banderillas negras tenían fuegos artificiales y se veían hechos que hoy día en la tauromaquia no se ven. Tiraban agua desde los tendidos, y llegaban a tirar tomates a los toreros en alguna ocasión. Más aún cabría de la plaza anterior, derribada en 1831, porque en la guerra de independencia contra los franceses se asesinó a más de 100 de ellos con flechas desde los tendidos y se hacían festivales donde las mujeres cordobesas salían desnudas y se les tiraba flores.
Historia
El informe técnico con el que el arquitecto remitiera, a modo de borrador, los diseños solicitando la censura y aprobación de esta plaza de Córdoba, fueron informados a la comisión de arquitectura de la Academia de San Fernando, de Madrid, con fecha 8 de septiembre de 1845. La evaluación se realizó por la junta de comisión mensual de arquitectura del 9 de septiembre de 1845 y, contestado en junta ordinaria que celebró la academia el 28 de septiembre, dice textualmente así:
El arquitecto D. Manuel García, establecido en la ciudad de Córdoba, solicita de la academia la censura y aprobación de una plaza de toros para la propia ciudad, cuyos diseños remite bajo el concepto de borrador, que la comisión con detenido examen no halla medio de censurar por ser tantos los defectos que nota que no da lugar a la corrección y sí sólo a que se le siga que arregle su pensamiento conforme lo que exige la comodidad, decoro y solidez que requiere un edificio de tal naturaleza.
Posteriormente, se remitieron de nuevo planos e informe técnico a la comisión, que la junta celebrada en la mañana del miércoles 14 de noviembre de 1845, presentó el vocal de la comisión D. Aníbal Álvarez y en cuyo informe menciona «la inteligencia de los arreglos que se han hecho sobre los anteriores diseños».
Las obras pudieron ser dirigidas en realidad por José Sánchez, de Córdoba, que también dirigiera las obras de la plaza de toros de Cabra (Córdoba) entre 1856 y 1857.
Obras
En su construcción se emplearon materiales de derribos de conventos de la ciudad como el convento del Espíritu Santo, el de San Cayetano y el de Capuchinos, llegando a albergar en un principio a 8278 espectadores y posteriormente hasta 10 532 personas entre tendido, grada cubierta, asientos de barandillas, asientos de antepecho y 85 palcos y teniendo un ruedo de 52 metros de diámetro. Aún sin terminarse las obras, se lidió una serie de corridas los días 31 de mayo, 2 de junio y 3 de junio de 1846.
Inauguración
La inauguración oficial tuvo lugar el 8 de septiembre de 1846.
El 15 de agosto de 1863, al término de una novillada, se produjo un incendio que la quemó completamente. Andrés Rodríguez se encargó de su reconstrucción, siendo inaugurada el 20 de enero de 1866. Amadeo Rodríguez, arquitecto, reforma casi por completo la plaza de toros, sustituyendo la madera por hierro.
Durante la Feria de Mayo del año 1874, una mujer resultó muerta al subir un toro al graderío.
Rafael Molina "Lagartijo" lidió el 5 de octubre de 1879 un bravísimo ejemplar de Joaquín del Val el cual medía 24 varas. Tras petición mayoritaria, fue indultado, regalándoselo a Antonio Miura. Este toro posteriormente marcará la ganadería Miura para siempre. Los «coloraos ojo de perdiz» de Miura que se lidian desde entonces, proceden de este toro llamado Murciélago.
El 26 de diciembre de 1888, se produjo la muerte del torero Manene. Con novillos de la ganadería de Rafael Molina Lagartijo, cornearon a Manene, resultando heridos los también toreros Torerito y Melo. Guerrita, que veía el espectáculo como espectador, tuvo que saltar al ruedo para ayudar a las cuadrillas, resultando igualmente herido.
La última corrida que se celebró en este coso se produjo el día 18 de abril de 1965 donde actuaron El Puri, Antonio Sánchez Fuentes, y José María Susoni.
Toreros que tomaron la alternativa
Antonio Carmona y Luque "El Gordito". Fecha: 8 de junio de 1862. Padrino: José Carmona Luque, su hermano. Ganadería: Romero Balmaseda.
Manuel González Buzón "Rerre". Fecha: 29 de septiembre de 1904. Padrino: Antonio de Dios “Conejito”. Completaba la terna: “El Algabeño”. Toro: “Famoso”, negro. Ganadería: González Nandín.
Manuel Dionisio Fernández Acebal. Fecha: 26 de septiembre de 1909. Padrino: Antonio Guerrero “Guerrerito”. Completaba la terna: Manuel Mejias Rapela “Bienvenida”. Ganadería: Julio Laffitte.
Mariano Montes Mora. Fecha: 25 de septiembre de 1921. Padrino: “Joseíto de Málaga”. Completaba la terna: Serranito de Córdoba. Ganadería: Viuda de Antonio Guerra.
José María Martorell Navas. Fecha: 26 de mayo de 1949. Padrino: Agustín Parra "Parrita". Testigo: Antonio Caro. Toro de la ceremonia: “Pato”, núm. 99. Negro. Ganadería: Juan Guardiola Soto. Vestido: Blanco y oro.
Manuel Calero Cantero "Calerito". Fecha: 26 de mayo de 1950. Padrino: Agustín Parra "Parrita". Testigo: José María Martorell. Toro de la ceremonia: “Noguerillo”, núm. 30, negro. Ganadería: Viuda de Galache.
Facundo Rojas Muro. Fecha: 26 de octubre de 1952. Padrino: Rafael Vega “Gitanillo de Triana”. Testigo: Enrique Vera. Toro de la ceremonia: “Bastonero”, núm. 36, negro. Ganadería: Enriqueta de la Cova.
José María Montilla Álvarez. Fecha: 26 de mayo de 1962. Padrino: Julio Aparicio. Testigo: Jaime Ostos. Toro de la ceremonia: “Avefría”, núm. 66, negro zaíno, 465 kilos. Ganadería: Francisca de Mora Figueroa. Vestido: Azul celeste y oro.
Manuel Benítez "El Cordobés". Fecha: 25 de mayo de 1963. Padrino: Antonio Bienvenida. Testigo: José María Montilla. Toro de la ceremonia: “Palancar”, núm. 88, negro, 464 kilos. Ganadería: Samuel Flores. Vestido: Azul celeste y oro.
Manuel Cano Ruiz "El Pireo". Fecha: 26 de septiembre de 1964. Padrino: Antonio Bienvenida. Testigo: Gabriel de la Haba “Zurito”. Toro de la ceremonia: “Fogarín”, núm. 156, negro, 471 kilos. Ganadería: Carlos Núñez. Vestido: blanco y oro.
Toros célebres
Alguardentero: toro que perteneció a la ganadería de Rafael Molina Sánchez, Lagartijo y fue lidiado el 26 de diciembre de 1888, negro meano, mogón del pitón derecho, tomo ocho varas, en una de ellas propinó un baretazo a «Formalito», para luego herir de muerte a Manene en un quite.
Rebusquero: de Féliz Urcola, lidiado el 2 de junio de 1903. Tomo doce varas despachando a cinco caballos e hirió gravemente al sobresaliente «Alvaradito», al banderillero «Cerrajillas» y a los picadores Montalve y "Formalito".
Melonero: toro de Francisco Páez, lidiado en una novillada el 27 de septiembre de 1915. Mostró extraordinaria bravura y el público pidió fuera indultado; la lidia de este bravo novillo correspondió al malogrado "Serranito".
Murciélago: fue un toro de Joaquín del Val que perteneció al hierro de Pérez Laborda (encaste navarro) Indultado por su bravura el 5 de octubre de 1879 lidiado por Rafael Molina, Lagartijo. Murciélago fue regalado a Antonio Miura quien aportó el semental a un número limitado de vacas, origen de los ojos de perdiz característicos en algunos de los miura.[1] Lamborghini empleó los nombres de diferentes toros célebres en sus deportivos, entre ellos destacó el modelo fabricado entre 2001 y 2010: el Lamborghini Murciélago homenaje que surge de la pasión por las corridas de toros por parte de Ferruccio Lamborghini, quien dio nombre de toros célebres a varios de los deportivos fabricados por Lamborghini.[2]