El Formativo andino se inicia con la aparición de la cerámica ocurrida en la cuenca de Ucayali con la cultura tutishcainyo y con la fase Wairajirca de la cultura kotosh en la sierra y en la costa en el gran yacimiento arqueológico de las Haldas cerca de Casma, aproximadamente en 1 800 a. C. y en la comarca limeña en Ancón, en 1 600 a. C.[1] y finaliza con la desintegración del Centro Ceremonial de Chavín de Huantar. Entre los logros más importantes destacan la orfebrería, la hidráulica, perfeccionamiento de las técnicas agrícolas, expansión religiosa y encumbramiento del arte textil.[1]
También llamado Formativo Inicial o periodo Prechavín, en esta etapa se desarrollan expresiones previas a surgimiento de chavín, tales como Pacopampa, Kuntur Wasi, Kotosh Wairajirca, Sechín Alto, etc. En esta época aparece la cerámica y la orfebrería.
Conocido también con el nombre de Formativo Síntesis, en este periodo se desarrolla plenamente la cultura chavín con su centro principal Chavín de Huantar, foco de irradiación cultural y religiosa, en esta etapa se desarrollan notablemente la cerámica monócroma y la escultura lítica.
Otros nombres que recibe este periodo son Formativo Final, Formativo de Transición. La celebridad alcanzada por Chavín de Huantar, centro principal de la cultura chavín, gracias a su poder religioso hará que comarcas que antes dependían de aquel centro ceremonial surjan como nuevos centros ceremoniales con estilos propios independizándose completamente después de unos cientos de años de la influencia chavín, marcando de esta manera la decadencia completa del periodo Formativo identificado con la cultura chavín, dando paso de esta manera al Intermedio Temprano.
Tomando como referencia solo a la cultura chavín, el surgimiento y la decadencia de esta, los dos últimos periodos también es conocido como Horizonte Chavín u Horizonte Temprano.