La perfección de Cristo es un principio en la cristología que afirma que los atributos humanos de Cristo ejemplifican la perfección en todos los sentidos posibles. Otra perspectiva caracteriza a la perfección de Cristo como puramente espiritual y moral, mientras que sus rasgos humanistas están sujetos a error, potencial, y mejora como parte de la condición humana actual.
En el siglo III, Tertuliano hizo hincapié en la perfección de Cristo, como consecuencia fundamental de la encarnación del Logos en Cristo. En opinión de Tertuliano, sugerir que cualquier cosa podría ser añadida para mejorar a Cristo sería negar los Evangelios.[3]
En la Edad Media un enfoque clave de los estudios cristológicos en el conocimiento de Cristo era su perfección, como en Juan 1:14, donde dice: «lleno de gracia y de verdad». En el siglo XIII, la perfección de Cristo fue objeto de un análisis teológico detallado por Tomás de Aquino en su Summa Theologiae.[4][5][6]
Juan Calvino consideraba la perfección de Cristo como fuente de gracia que cubría las manchas del pecado en otros.[7]
Referencias
↑Reinhold Niebuhr, Robin W. Lovin (1996). The nature and destiny of man: a Christian interpretation. pp. 76-77. ISBN 0-664-25709-7
↑Eric Francis Osborn (2001). Irenaeus of Lyons. pp. 104-106. ISBN 0-521-80006-4
↑Eric Osborn (2003). Tertullian, First Theologian of the West. pp. 44-45. ISBN 0-521-52495-4
↑Tomás de Aquino (2007). Summa Theologica4. pp. 2060-2062. ISBN 1-60206-560-8
↑Nicholas M. Healy (2003). Thomas Aquinas: theologian of the Christian life. pp. 98-101. ISBN 0-7546-1472-7
↑Mini S. Johnson (2005). Christology: Biblical And Historical. pp. 76-79. ISBN 81-8324-007-0
↑Jean Calvin (1816). Institutes of the Christian religion2. Philip Nicklin (ed.). p. 296.