En el Museo del Ejército, en el alcázar de Toledo, se encuentra el pendón de Cortés, considerado la joya más singular de este museo.[1] Dicho pendón, llevado a América en el siglo XVI, constituye una de las piezas más antiguas.[2] Ha sido precisamente en dicho alcázar que Cortés fue recibido por Carlos I de España durante su primer regreso desde Nueva España.[3]
Fue adquirido el estandarte por el Director, León Gil del Palacio, ya sea de otros fondos del Estado o de casas de abolengo, durante los preparativos para la reapertura en 1841 del Museo al público, cuando se mudó al madrileño palacio del Buen Retiro.[6]
Se conserva el pendón, ya muy frágil, tras una vitrina.[7]
Referencias
↑RAFAEL FRAGUAS (16 de noviembre de 2001). «Ricamente tejidas, plenas de historia». El País. Consultado el 23 de febrero de 2022. «la joya más singular del museo es el pendón con el que Hernán Cortés guerreó en Tenoctitlán».
↑«VEXILIA». Museo del Ejército. Ejército de Tierra • Ministerio de Defensa. Consultado el 23 de febrero de 2022. «Las piezas más antiguas conservadas pertenecen al siglo XVI: el pendón de la Santa Hermandad Vieja de Toledo, el pendón mejicano de Hernán Cortés».
↑«Alcázar de Toledo, un fortín simbólico». La Opinión. 9 de febrero de 2021. Consultado el 23 de febrero de 2022. «Hernán Cortés fue recibido por Carlos I en el alcázar, tras la conquista del Imperio azteca».
↑Francisco Castrillo Mazeres (1997). «Historia de los Museos — El Museo del Ejército». Militaria: revista de cultura militar (9): 40. ISSN0214-8765. Consultado el 23 de febrero de 2022. «El 23 dc octubre de 1841 se abrieron las exposiciones públicas. El Director D. León Gil del Palacio, de la talla de Navarro, se dedicó a adquirir fondos de establecimientos del Estado y de casas de la grandeza […] Adquiere […] la bandera de Hernán Cortés».
↑Montilla Castillo, Carmen (Noviembre 1998). «Las Colecciones». Ejército (Secretaría General Técnica • Ministerio de Defensa) LIX (693): 40. ISSN0013-2918. Consultado el 23 de febrero de 2022. «En una caja-vitrina se guardan los frágiles restos del pendón que Hernán Cortés llevó a la conquista de Méjico en 1518».