El paraíso florido en la antigua tradición maya y azteca.[cita requerida]
Se refiere a un lugar espiritual en que las almas se encuentran después de la vida en un jardín plagado de flores, jades y en compañía de los ancestros y los dioses principales de la mitología de Mesoamérica.[cita requerida]
Para llegar a este mítico lugar se requiere de algunas características especiales como haber sido sacerdote, guerrero muerto en batalla o haber sido sacrificado a los dioses.[cita requerida]
Según los aztecas la región vertical o cielo; estaba dividido en paraíso o infierno.[cita requerida]
La parte superior era la morada de los dioses de la antigua tradición, en orden descendente según su categoría encontramos 18 niveles o formas del paraíso.[cita requerida]
Una de estas secciones estaba dedicada a Tláloc el dios de la lluvia, se subdividía en una parte oriental y otra occidental para designar el paso del sol desde su nacimiento hasta su paso temporal.[cita requerida]
El paraíso del este (Tlalocan) era destinado para todos los muertos en batalla o en la piedra de los sacrificios[cita requerida], también los que morían ahogados o fulminados por un rayo.
El paraíso del oeste era destinado a las mujeres muertas por parto, convertidas en las parteras del Sol en su diario nacimiento.
Diferencia con el paraíso de la mitología judeocristiana
La principal diferencia radica en la que este lugar mítico está basado en el contacto entre los ancestros y los dioses.[cita requerida]
Así mismo se diferencia en la vegetación tropical que cubriría este hermoso jardín destino final de las almas de los aztecas y mayas escogidos.[cita requerida]
Dioses como Quetzalcoatl y Huitzilopochtli están presentes como figuras guías en el tránsito a los nuevos mundos espirituales.[cita requerida]