En autobús, Andrés Barazarte recorre Caracas como un pasajero más, pero lleva consigo un extraño maletín. Por la cabeza del joven transcurre la vida, llevada por la mano de su abuelo muerto: su familia de la provincia; la infancia sin padres, la amarga juventud de su tía y las peripecias de aquel tío-abuelo bohemio y loco; los antepasados militares: seculares caudillos de opaca humanidad; la ruina económica ocurrida en tres trancos; la infeliz suerte del padre ausente trabajador en un campo petrolero.
Los recuerdos se anudan con el presente: el amor de la novia y la azarosa vida política, la cual de los ideales ha devenido en mortal riesgo permanente.
Presente y pasado conspiran y conducen al final: Andrés conjura los tiempos y, acompañado de los suyos, realiza el conmovedor acto final que lo redimirá de sus miserias.