Las ovejas Welsh Mountain u ovejas de montaña galesas son ovejas pequeñas y resistentes procedentes de las partes más altas de las montañas galesas.[1] Los machos tienen cuernos, y las hembras no; no tienen lana en la cara o las patas, y tienen colas largas.
Descripción
La oveja Welsh Mountain es generalmente blanca con una cara blanca sin lana en la frente o las mejillas y patas blancas sin lana debajo de la articulación. Las hembras no tienen cuernos pero los carneros generalmente tienen cuernos curvos, aunque algunos no tienen. El vellón es grueso y moderadamente largo.
Los criadores le dan una alta prioridad a la resistencia, la capacidad de ordeño, la calidad de la crianza y la supervivencia del cordero. (El porcentaje de parto puede ser del 130%, que se eleva al 180% en condiciones favorables en pastos mejorados.[2]). No siempre fue así; el ganadero Arthur Young, describió a la oveja de montaña galesa como "la más despreciable de todas las clases" y un juez en una exposición agrícola en la década de 1880 la describió como "un diminuto animal mal formado con su pelaje peludo que recuerda más al pelo que a la lana" [3]
Adaptaciones
La oveja Welsh Mountain se adapta bien al entorno hostil en el que vive. Es pequeña y de patas firmes, capaz de abrirse camino sobre roca y pedregal, encontrar refugio en climas tempestuosos, cavar en la nieve buscando alimento, trepar por paredes y atravesar pequeñas brechas, abrirse camino a través de pantanos y encontrar suficiente comida en los pastos más exiguos. En su País de Gales natal se mantienen en las colinas o en la montaña abierta durante todo el año, siendo estabuladas unas cuantas veces al año. La mayoría de los rebaños descienden de ovejas que han pastado en las mismas montañas durante generaciones.[4] Hay historias de ovejas que se alimentaban en los basureros en Blaenau Ffestiniog y de otras que sabían salvar los pasos guardaganados para acceder a mejores pastos.[5]
Usos
La oveja de montaña galesa es una raza de doble propósito y es la base de la industria ovina galesa[2]. En la Edad Media estas ovejas se criaban principalmente por su lana y su leche, pero en el siglo XIX se habían hecho famosas en Inglaterra por su sabrosa carne y se dice que la reina Victoria exigía cordero galés en la mesa real.[6]
La carne del cordero de esta raza es muy apreciada, y a menudo han ganado premios. El canal de un cordero de pura raza galesa de montaña suele estar entre 11 y 16 kg, mientras que un cordero de un cruce entre una oveja galesa y un carnero de otra raza o un cordero criado en pastos mejorados, es más grande, entre 16 y 20 kg.[7]
Referencias
↑«Welsh Mountain». Sheep Breeds V-Z. Sheep101.info. Consultado el 7 de mayo de 2009.