Son plantas pequeñas, con un porte de 10 a 60 cm de altura, dependiendo de la especie. Se reconocen fácilmente por sus vástagos coloreados de amarillo paja que carecen totalmente de clorofila, teniendo sus flores forma de lengua de dragón, amarillos, blancas o azules, según la especie. Los tallos de la flor son escamosos, con un ápice denso, de diez a veinte flores en la mayoría de las especies, aunque tienen una sola en O. uniflora. Las hojas se distribuyen en escalera, son simples y de forma triangular. Las semillas son diminutas, de color marrón oscuro que ennegrecen con la edad. Estas plantas florecen generalmente desde finales de invierno hasta finales de primavera. Cuando no lo hacen, no hay ninguna parte de estas plantas visible sobre la superficie del suelo.
Como no tienen clorofila son totalmente dependientes de otras plantas, es decir, parásitas. Las plántulas unen sus raíces a las de las plantas huésped próximas para tomar el agua y los nutrientes.
Algunas especies parasitan únicamente a una determinada especie de planta, tal como Orobanche hederae, que lo hace con la hiedra (Hedera helix); estas especies se denominan a menudo según la planta a la que parasitan. Otras pueden parasitar varios géneros, tales como (Orobanche minor), que parasita tréboles (Trifolium) y otras leguminosas.
Orobanche ramosa es nativa de Europa central y suroccidental pero se encuentra naturalizada en muchos otros lugares, se la considera como la mayor amenaza para las cosechas en algunas zonas. Algunas plantas que pueden ser parasitadas son: tomate, berenjena, patata, repollo, cóleos, pimientos, girasol, apio y guisantes. En las zonas muy infectadas pueden causar una pérdida total de la cosecha.
Distribución
Crece esencialmente en el hemisferio norte templado; con una cantidad menor de representantes en América central y este y norte de África, hay unas veinticinco especies en China.[2]