La ola de frío de enero de 2017 se desarrolló aproximadamente entre el 5 y el 12 de enero de 2017. Durante esos días se vivió un período de tiempo excepcionalmente frío que causó más de 60 muertes en Europa central y oriental. En algunas áreas los vuelos y servicios de navegación fueron suspendidos, y se produjo un colapso importante de suministros de energía eléctrica y otras infraestructuras esenciales.[1] Este tiempo fue el resultado de una situación estacionaria de altas presiones sobre Europa occidental, que provocó fuertes vientos que circularon entre Rusia y Escandinavia hacia Europa oriental.[2] El 9 de enero, la masa de aire polar extendida desde Alemania hasta los Balcanes originó fuertes nevadas en Grecia y fuertes vientos bora que afectaron a Croacia en particular. Además, las fuertes nevadas de Italia central se produjeron al converger el aire frío con el mar Adriático, más cálido.[3]
Regiones afectadas
Durante la primera semana de 2017, 46 personas (principalmente sin techo) murieron por causa del frío en Polonia, cuando las temperaturas cayeron por debajo de los -8 °C.[4][5] Se ofreció transporte público gratuito en Varsovia y Cracovia a raíz del smog formado por el tiempo frío.[6] Breslavia también fue afectada por el smog con calidad del aire en niveles críticos. Siete muertes relacionadas con el frío fueron reportadas en Italia, principalmente de personas sin techo, y muchas partes del país experimentaron nevadas excepcionales, fuertes vientos y temperaturas bajo cero. Varios aeropuertos fueron cerrados, incluyendo algunos en Sicilia, Bari y Brindisi. Muchos colegios en el del sur del país fueron cerrados.[7]
Se produjeron ocho muertes por frío en la República Checa, principalmente personas sin hogar. Los cuerpos de tres inmigrantes fueron encontrados cerca de la frontera entre Bulgaria y Turquía. Médicos Sin Fronteras alertó sobre el riesgo que tienen los inmigrantes nómadas, especialmente las cerca de 2000 personas que viven en Belgrado. El Bósforo fue cerrado a la navegación después de una gran nevada que también afectó servicios de Estambul, donde más de 650 vuelos fueron cancelados. Las ventiscas en Bulgaria también afectaron partes de Rumanía y Ucrania, y las travesías por el Danubio fueron suspendidas.
Las temperaturas cayeron a -15 °C en Grecia, donde el Observatorio Nacional de Atenas se refirió al fenómeno de tiempo como Ariadna (por la diosa Ariadna).[8] Un inmigrante murió de frío, y muchos refugiados en las islas del Egeo fueron trasladados a tiendas calientes, pues el área se cubrió de nieve. Las autoridades abrieron tres estaciones del Metro de Atenas para personas sin techo.[9] El transporte de carretera en el país también fue interrumpido, así como el transporte público.[10]
También se registraron muertes en Rusia y Ucrania. Las temperaturas en algunas partes de la Rusia europea cayeron por debajo de los -40 °C. Aproximadamente 100 000 residentes en el óblast de Moscú perdieron la electricidad debido a las temperaturas extremadamente bajas.[11] El 11 de enero, la ola de frío llegó a Albania, con temperaturas de hasta -22 °C. Helicópteros del ejército tuvieron que transportar suministros, principalmente en la ciudad de Gjirokastra y la capital Tirana.[12]
Registros de temperatura
El 7 de enero fue la Navidad ortodoxa más fría en Moscú en 120 años, con −29,9 °C. La temperatura más baja en Europa occidental se registró en el pueblo suizo de La Brévine, también con −29,9 °C el 6 de enero.[13] El 8 de enero se registró una temperatura récord en el óblast de Tver (Rusia), con −35,7 °C.[14]