La novela de tesis es la que se plantea como objetivo principal al desarrollo de una determinada opinión o ideología".[1] Puesto que el término "novela de tesis" puede tener connotaciones negativas, recientemente se ha propuesto el término alternativo de "novela ideológica".[2]
Este tipo de novela fue usada con gran éxito por los autores que han participado en el debate de ideas de los siglos XIX y XX, contando con ejemplos en la literatura francesa (Le disciple de Paul Bourget o Nido de víboras de François Mauriac), la rusa [La madre de Máximo Gorki) y la alemana (Así habló Zaratustra de Friedrich Nietzsche). Pionero es el género en España, donde se empezó a escribir después de 1875, tras el fracaso de la revolución de 1868. Pedro Antonio de Alarcón, Benito Pérez Galdós, S. de Villarminio[3] y José María de Pereda son los autores más importantes de este género en la España del siglo XIX entre los años 1875 y 1880. La novela de tesis o ideológica volvió a dominar el panorama literario entre autores que reaccionaron contra el formalismo vanguardista de comienzos del siglo XX, y entre autores afiliados a los movimientos de lucha obrera en los años que preceden a la guerra civil española de 1936. Destacan, entre los autores españoles que practicaron este género en las tres primeras décadas del siglo XX, el escritor y político socialista Julián Zugazagoitia, Ciges Aparicio y el escritor comunista César M. Arconada. La novela ideológica volvió a interesar a los autores durante los años sesenta, cuando en España domina la estética del Realismo social y las teorías sobre el arte de Gyorgy Lukács. Destacan en este periodo los nombres de Antonio Ferres, Jesús López Pacheco y Armando López Salinas. Otros escritores del siglo XX que practicaron este tipo de novela son Juan Goytisolo con Reivindicación del Conde Don Julián, o Carlos Fuentes con Terra Nostra, aunque ninguno de estos dos pueda ser considerado autor exclusivamente de novela de tesis, algo que también ocurre en el XIX con Galdós, que a lo largo de su carrera practicó multitud de géneros y se adhirió a diferentes estéticas.
Concepto y evolución (1875-1880)
En el último cuarto del siglo XIX español, florece la novela de tesis. Este género se usa para debatir los conflictos religiosos y políticos característicos de la llegada de la modernidad, a las que corresponde la consiguiente secularización de la vida. Ejemplo de este conflicto encontramos en novelas como Doña Perfecta de Benito Pérez Galdós y Don Gonzalo González de la Gonzalera de José María de Pereda. En España el conflicto representado en muchas de estas novelas se concentró en el debate religioso y en debatir la labor rectora que la Iglesia mantenía en asuntos seculares pertenecientes a la sociedad civil. Este debate surgió con fuerza tras el fracaso de la revolución liberal, de 1868, conocida como la Gloriosa. Esta revolución, que se había iniciado en septiembre de 1868, fracasa en los últimos días de 1874; el 29 de diciembre el general Arsenio Martínez Campos da un golpe de Estado en Sagunto, Valencia, poniendo fin al Sexenio revolucionario. La Restauración borbónica comienza en los primeros días de 1875.
En el desarrollo de la novela de tesis en España pueden establecerse al menos tres periodos bien delimitados.[2] Un primer momento correspondiente a la reflexión y al debate de ideas que nace cuando la revolución es entendida como un fracaso, momento que se extiende de los últimos meses de 1874 a 1875. Le sigue un periodo de conflicto y enfrentamiento en el que la novela, en vez de debatir ideas, se propone defender ideologías. Y, en fin, un tercer y último momento, en el que el interés por la novela de tesis decae, y el género deja de interesar a los autores.
Estas novelas obedecían a un tipo de realismo docente heredero del idealismo estético, de inspiración alemana, que siempre concibió la literatura como un discurso transcendente con importantes implicaciones sociales. Galdós eligió este género para sus primerasNovelas españolas contemporáneas. En estas novelas Doña Perfecta, Gloria, La familia de León Roch, el novelista canario siguió el modelo de novela maniquea y pedagógica que es característico del género ideológico. En sus obras, enfrentó sus creencias políticas liberales con el pensamiento tradicional que se oponía a la tolerancia y al cambio o el progreso. Frente a él, en el bando conservador, destacan dos novelistas, uno de pensamiento moderado o conservador, Pedro Antonio de Alarcón y otro de ideología carlista, José María de Pereda.[4]
En el caso de Galdós domina la tesis social y religiosa; en el caso de Juan Valera, la psicológica; y en el caso de Alarcón, la social. El ejemplo más reconocido de este tipo de obras tal vez sea Doña Perfecta, de Benito Pérez Galdós.
Referencias
↑Real Academia Española. «novela». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). Consultado el 25 de febrero de 2019.