Muerte digna, morir dignamente o morir con dignidad es un concepto ético amplio y, frecuentemente, controvertido, que se refiere al proceso del fin de la vida evitando el sufrimiento y manteniendo el control y la autonomía.[1] En general, se suele tratar como una extensión del concepto de vida digna, en el que las personas conservan su dignidad y libertad hasta el cese de su existencia.[2]
Aunque una muerte digna puede ser natural y sin ningún tipo de asistencia,[2] con frecuencia el concepto se asocia con el de derecho a morir,[3] así como con la defensa de la legalización de prácticas como la eutanasia, el suicidio asistido, la sedación terminal o el rechazo de asistencia médica.[4] Según sus defensores, la posibilidad de este tipo de prácticas sería lo que garantizaría una muerte digna, manteniendo decisiones libres hasta el último momento y pudiendo evitar una agonía innecesaria.[2][5]
Legalidad de la muerte digna
Varios países y regiones han incorporado a sus normativas el concepto de muerte digna o de dignidad en la muerte, asociándolo con derechos y prácticas dispares.
Argentina
En 2012 se aprobó a nivel nacional la ley 26.742 de Muerte Digna, en la que se permite a pacientes terminales o irreversibles rechazar tratamientos que prolonguen artificialmente su vida.[6]
Previamente, la provincia de Río Negro en 2007[7] y la de provincia de Córdoba en 2010 habían legislado en este mismo sentido.[8]
Colombia
En 2014 la Corte Constitucional de Colombia emitió la sentencia T-970/14 sobre Muerte digna. En ella, ordenaba al Ministerio de Salud reglamentar el derecho de pacientes terminales a morir dignamente.[9]
En 2021 la Corte Constitucional colombiana emitió la sentencia C-233 en la que eliminó la barrera de enfermedad terminal para acceder a la eutanasia y amplió este derecho para las personas con enfermedades graves e incurables.[1] [10]
En 2022, a través de la sentencia C-164 de 2022, la Corte Constitucional despenalizó la asistencia médica al suicidio para personas con enfermedades graves e incurables. A la fecha no se tiene registro del primer procedimiento realizado a través de este mecanismo. [11]
Hasta el 31 de diciembre de 2023, en Colombia se han practicado 692 procedimientos de muerte médicamente asistida, de los cuales 691 se han desarrollado en adultos y 1 en un adolescente[12][13]. El 76 % de los casos corresponden a personas con diagnósticos de enfermedades oncológicas[14]. En Colombia se ha observado una relativa equidad en la proporción de hombres y mujeres que han accedido al procedimiento de eutanasia (52,9 % y 47,1 %, respectivamente)[15].
España
En España varias comunidades autónomas han legislado en torno al concepto de muerte digna, habiendo regulado expresamente el derecho a rechazar tratamientos.[16]
Estados Unidos
El estado de Oregón aprobó en referéndum en 1994 el Death with Dignity Act, donde se regula el suicidio asistido.[17]
Igualmente, los votantes del estado de Washington aprobaron en 2008 el Death with Dignity Act, legalizando la ayuda médica a morir.[18]
Organizaciones
Por todo el mundo existen asociaciones que persiguen la legalización de diferentes derechos y prácticas que permitan la muerte digna:
- Derecho a Morir Dignamente, asociación española.
- Dignitas, organización suiza.
- Dignity in Dying, organización internacional a favor de la muerte digna con sede en Londres.
- Direito a Morrer com Dignidade, asociación portuguesa.
- Exit, organización escocesa.
- Compassion & Choices, organización estadounidense.
- Fundación Pro Derecho a Morir Dignamente, organización colombiana.
- Muerte Asistida Digna en Uruguay, asociación civil uruguaya.
- Por el Derecho a Morir con Dignidad, asociación mexicana.
- Laboratorio de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (DescLAB)[2], asociación colombiana.
Véase también
Referencias