El núcleo se halla enclavado en el extremo oriental de la Baja Extremadura sobre las estribaciones de Sierra Morena, muy próximo a los dominios cordobeses de Los Pedroches.
Por su estructura morfológica se trata de un asentamiento típicamente campesino donde la arquitectura popular representativa de la zona es el ladrillo de barro.
Juan Antonio Vázquez de Coronado y del Peso, vizconde de Monterrubio, I Marqués de Coquilla y III Conde de Montalvo
Vizconde de Monterrubio. (1606/1666 - 1679) Hijo de Sebastián Vázquez de Coronado y Mendoza y Elvira del Peso y Ordóñez de Castro. Marido de María González y Rodríguez de las Varillas.
El blasón de armas de este abolengo apellido, probablemente del siglo XII, representa a una encina, coincidiendo con el escudo del municipio, del que se creía, era un olivo, siendo una representación de la encina.
Por referencias de historiadores de la época y otras averiguadas por Araldis en los archivos registrales de ciudades y otros privados, podríamos afirmar que este escudo u otro muy similar a él, apareció inicialmente desde el siglo XI al XIV, particularmente en la campaña del rey Sancho VII, en 1215, formando parte de las tropas que conquistaron varias localidades valencianas y que el papa Honorio III reconoció su propiedad en 1216. Las referencias de esta familia parecen precisarse con más frecuencia desde el siglo XV al XIX en especial los hechos de la fundación de Monterrey, siendo uno de los 25 hombres que D. Francisco de Ibarra, natural de Durango y gobernador de Nueva Vizcaya, envió al norte de Nueva España (Méjico). Todo ello parece coincidir con la memoria familiar de algunos de los miembros de la rama de la familia Monterrubio.
Monterrubio, según la tradición, tiene su origen en la antigua Alcantarilla, trasladada de emplazamiento en el siglo XII tras la destrucción de su castillo por el rey Alfonso IX. La villa perteneció a la Orden de Alcántara, como lugar dependiente del Priorato de Magacela, con calidad de aldea de Benquerencia.
Su morfología constructiva y urbanística ofrece uno de los ejemplos más representativos de los modelos propios de la comarca, configurando un atractivo conjunto de edificaciones encaladas, con vistosas fachadas en las que resaltan los componentes graníticos y las piedras armeras.
Pieza de valor sobresaliente como testimonio de las formas constructivas del siglo XVI, perfectamente conservada, es la casa llamada "del Cordón" por la labra de su magnífica portada, que se sitúa en la Plaza frente a la iglesia. También resulta de interés otra cercana con portada conopial enmarcada en alfiz y ventana superior con escudo. Realizaciones de carácter semejante proliferan en las calles Mesones, Mercadillo, Maestras Isabel y Antonia, etc.
El núcleo más antiguo se articula en torno a la iglesia parroquial y del mismo se proyectan tejidos modernos que dan lugar a calles de enorme extensión que se alinean sobre los viejos caminos.
Iglesia parroquial católica bajo la advocación de Nuestra Señora de la Consolación, en otro tiempo a la de Armentera, en la Archidiócesis de Mérida-Badajoz.[4] Este templo constituye, junto con el de Malpartida de la Serena, cuya estructura evoca, la realización más significada en su especie de los pequeños enclaves de la Serena.Se trata de una excelente obra gótica del siglo XVI, ejecutada en piedra y sillería, con hermosas portadas de elaborada labra, cabecera de acusado volumen, torre a los pies y bóveda de crucería en el interior.
Edificación singular también es la ermita de los Cuarenta Mártires, levantada en el siglo XVIII a las afueras de la población, en agradecimiento por la extinción de una terrible plaga de langosta.
Otros elementos de interés son el crucero de la carretera de Belalcázar (Provincia de Córdoba) y su pilar; el pilar de la Rivera, y la fuente llamada de la Fontanica situada en el otro extremo de la aldea, en la carretera de Peraleda del Zaucejo .
Fiestas
El día 2 de febrero se celebran las Fiestas de las Candelas o Candelaria, con una comida campera en distintos lugares de la zona. Le siguen los Carnavales (febrero) y San Isidro Labrador (15 de mayo), dos fiestas con mucha participación popular. En la Semana Santa, desde hace algunos años, se viene celebrando una representación de la Pasión dirigida y escenificada por habitantes de Monterrubio. Esta escenificación va adquiriendo cada año mayor auge siendo presenciada no solo por los habitantes de la localidad sino otros muchos de poblaciones vecinas.
A últimos de agosto se celebran las fiestas en honor de su patrona, Nuestra Señora de la Consolación. En estas fechas, se celebra además la Feria de Muestras del Aceite de Oliva, en la que los visitantes pueden comprar y degustar el aceite de oliva elaborado en estas tierras. Podemos degustar aceitunas de mesa, migas, caldereta de cordero, queso de oveja, los diferentes derivados de la matanza del cerdo y de repostería destacan las rosquillas, pestiños y flores.
Tradiciones y costumbres
El Coro Romero "Entre Jarales" ,[5] se inició en el 2010 hasta la actualidad, lleva el nombre de Monterrubio por todos los rincones de Extremadura y Andalucía. Realiza actuaciones en eventos, bodas, festivales... sus festivales de Navidad son típicos de Monterrubio donde la mayoría de sus habitantes van a escuchar su gran actuación.
Los lunes y jueves en la localidad existe un mercadillo en la calle Feria, donde se puede adquirir artesanías locales, utensilios de cocina, ropas, frutos secos y flores. Los mismos días en el centro cerca de la Plaza mayor, en la calle del Coto, en el mercado de abastos se venden los productos comestibles frescos.
Gastronomía
Monterrubio de la Serena es población de reconocida fama por su magnífico aceite de oliva, con denominación de origen: "D.O. Monterrubio". Es por ello, que la gastronomía de la localidad está presidida por el uso del buen aceite.
Además, son afamados los dulces caseros elaborados especialmente en Carnaval, destacando los pestiños, flores, rosquillas... y platos tan típicos de la cocina extremeña como el gazpacho extremeño, migas, caldereta, etc.
Manuel Benítez Rufo (1917-2004). En las elecciones generales españolas de 1977 fue elegido diputado por Sevilla como miembro de las Cortes Constituyentes. Dos años más tarde, en las elecciones municipales de 1979, Manuel Benítez Rufo se presentó a la alcaldía de Dos Hermanas. Tras ganar el PCE por mayoría simple, fue investido como alcalde el 19 de abril para el periodo 1979-1983. Fue el primer alcalde democrático de Dos Hermanas, provincia de Sevilla y posee una calle homónima en esa localidad.
Bibliografía
Rojas Blanc, Antonia. Si nos preguntan de donde somos... de Monterrubio de la Serena. 515 páginas, Editado por la Diputación de Badajoz, Badajoz 2009,