La particular geomorfología del Monte Pindo, salpicada de relieves en bolos de granito, inspiró gran cantidad de historias y leyendas de deidades, esculturas o monstruos y gigantes míticos, incluidas algunas sobre el río Jallas, debido a la cascada del Ézaro por caer sus aguas directamente sobre el agua salada del mar. En él se pueden encontrar numerosos restos arqueológicos, como petroglifos, útiles de bronce y restos de una supuesta antigua ermita.
En este entorno se encontraban otros dos castillos, pero no se conservan restos materiales determinantes de ellos ni documentación analizable, más que una inscripción en latín en una piedra aislada:
Reis, bispos, presbíteros, todos por poderes recibidos de Deus, excomungaron aquí este castelo
Reyes, obispos, presbíteros, todos por poderes recibidos de Dios, excomulgaron aquí este castillo