La Monja orante (en sueco: Knäböjande nunna, literalmente "Monja arrodillada") es un óleo de 1731 del pintor sueco Martin van Meytens, actualmente en el Museo Nacional de Estocolmo. [1] Se trata de un prqueño cuadro doble pintado por ambas caras sobre cobre[1] que por un lado representa a una monja rezando, pero que por el otro presenta una imagen sacrílega y erótica. [2] [3]
Descripción
El cuadro representa a una joven monja, aparentemente inocente, que reza arrodillada sobre un reclinatorio. Sobre este hay un tela roja y un libro de oraciones abierto. [4]Como en un momento de distracción, la monja se gira hacia su izquierda y sonríe: a su espalda detrás de las rejas de una ventana interior, en efecto, hay una monja mayor observándola con interés. [5]
Para comprender realmente el significado de la pieza es necesario darle la vuelta y ver la segunda pintura en la parte posterior. El reverso muestra a la misma monja de espaldas, descubriendo que tiene el hábito levantado hasta la cintura, dejando al descubierto sus nalgas y muslos al espectador, que en este caso ve lo mismo que la anciana presente en el anverso: la devoción que evoca la primera imagen resulta ser una ilusión, y la aparente religiosidad es eclipsada por la sensualidad concreta que realza la carnalidad de esta joven. [2]
La obra fue creada por Meytens poco antes de su traslado a la corte vienesa de María Teresa de Austria. En la corte de la emperatriz nunca creó obras controvertidas como ésta (ya que a María Teresa no le gustaban los desnudos mitológicos presentes en sus palacios y los cubría cuando podía), sino retratos o escenas de la vida cortesana. [2] [6] Por tanto, este cuadro constituye una especie de unicum en la carrera del pintor, que tal vez, siendo un protestante convencido, simplemente pretendía burlarse del catolicismo. [6]
Teniendo en cuenta las costumbres de la época, este cuadro escenifica una triple transgresión, siendo un escenario de seducción entre dos mujeres (safismo), entre religiosas y entre una joven y una anciana, que en la segunda imagen coincide con el espectador. [5] El cuadro es también un testimonio en el contexto nórdico de las denominadas "pinturas cubiertas" difundidas en el mundo galante del siglo XVIII, especialmente en Francia: se trataba de lienzos que mostraban una imagen normal e inocente en un lado, que en realidad cubría un reverso picante o erótico en el otro, como ocurre con algunas pinturas de François Boucher. La maja vestida y La maja desnuda de Francisco de Goya son una evolución de este tipo de pinturas, siendo dos lienzos separados, uno tapando el otro. [5]