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Este aviso fue puesto el 23 de septiembre de 2022. |
MarÃa de Portugal (Évora, 6 de abril de 1342 - Génova, 1377[1]). Infanta de Portugal, era hija de Pedro I de Portugal y de Constanza Manuel, infanta de Castilla.[2]
BiografÃa
Quedó huérfana de madre en la niñez, su único hermano de padre y madre fue el futuro Fernando I de Portugal, mientras que tuvo cuatro medios hermanos por la relación de su padre con la noble gallega Inés de Castro.
En 1354, su abuelo paterno la casó con su primo lejano Fernando de Aragón, marqués de Tortosa,[2] que era quince años mayor que ella, hijo de Leonor de Castilla, hija primogénita de la infanta Constanza de Portugal y de Fernando IV de Castilla, y de Alfonso IV de Aragón. La novia, en el momento del matrimonio, aún no habÃa cumplido los doce años.
En ese momento su marido estaba exiliado en Castilla desde julio de 1348, en el cual, Fernando, derrotado por su medio hermano Pedro IV de Aragón, se vio obligado a abandonar el reino de Valencia. En 1357, llamó a Fernando a Aragón, nombrándolo procurador general.
De este matrimonio, del cual no hubo descendencia, Zurita menciona que «mostró el rey de Aragón (Pedro IV) mucho descontentamiento y pesar».[3]
Durante la Guerra de los Dos Pedros, entre su medio hermano Pedro IV y su primo Pedro I de Castilla, apodado el cruel, Fernando, que aspiraba al trono de este último, resultó ser un aliado completamente molesto para Pedro IV, quien, recordando la revuelta de Valencia, hizo que lo asesinaran el 16 de julio de 1363.
Viuda, MarÃa vio cómo su cuñado se apoderó de los dominios de su fallecido marido (Tortosa, AlbarracÃn, Fraga y otros lugares) y le prohibió, regresar a Portugal, como era su intención, hasta que ella renunciara a los bienes que le pertenecÃan a su marido. Tras una fuga infructuosa, MarÃa fue arrestada y llevada a la corte, quedando bajo la custodia de dos damas aragonesas de su cuñada Leonor de Sicilia, a pesar de las protestas de Carlos II de Navarra, que la apoyó.
Durante los siguientes nueve años (1364-1373) la vida de MarÃa no debió ser fácil en Barcelona. Rodeada de familiares de su marido que la odiaban hasta el punto de querer matarla y que sospechaban de ella hasta el punto de creer que serÃa capaz de utilizar magia y hechizos contra sus enemigos, MarÃa permaneció privada de libertad de movimientos.
Durante su estancia en Aragón, se dice que rechazó la propuesta del Papa Urbano V de casarse con Federico III de Sicilia.
El 9 de octubre de 1365 dictó su primer testamento y el 6 de diciembre de 1370 el segundo, nombrando a su hermano Fernando como heredero universal de sus bienes en Portugal.
Sin embargo, en el contexto de la primera guerra fernandina, MarÃa se habrÃa esforzado por establecer la alianza entre Aragón y Portugal: «De Valencia fueron por este invierno enviados por embajadores al rey don Fernando de Portugal, don Juan de Vilaragut y un letrado que se decÃa Bernaldo de Miragle; y llevaban comisión de tratar de matrimonio del infante don Juan duque de Girona con la infanta doña Beatriz hermana del rey de Portugal, el cual ya habÃa movido la guerra contra el rey de Castilla entrando poderosamente por Galicia, pretendiendo que le pertenecÃa la sucesión de aquellos reinos como a bisnieto del rey don Sancho y nieto de la reina doña Beatriz su hija que casó con el rey don Alonso de Portugal su abuelo. Hizo muy grande instancia porque esta paz y nueva confederación se asentase entre el rey de Aragón y el de Portugal la infanta doña MarÃa hermana del rey de Portugal mujer del infante don Fernando marqués de Tortosa que estaba en estos reinos».[4] Según Zurita, en los términos del tratado de alianza entre los dos reinos, el conde de Barcelos, Martim GarcÃa y Badasal de EspÃnola «ballesteros del rey de Portugal» serÃan rehenes (garantes).
MarÃa permaneció en Aragón, donde conoció al genovés Badasal de EspÃnola. El cronista Fernão Lopes, en la Crónica de D. Fernando (capÃtulo LIV), nos cuenta lo que sucedió después: «Micer Badasal no volvió más al reino (de Portugal), y el largo afecto que habÃa con la Infanta, hecho generador siempre de parecidos frutos, la hizo vender cuantas rentas tenÃa en Aragón e irse con él a Génova, y luego la abandonó y ella vivió miserablemente, muriendo muy lejos de lo que era su honor».
Finalmente, en Barcelona, el 27 de mayo de 1373 MarÃa y Pedro IV llegaron a un acuerdo, y el 13 de agosto de ese año MarÃa dispensó a varios alcaldes del vÃnculo de homenaje y vasallaje.
Por lo que escribió Lopes, MarÃa ciertamente estaba viva después de 1374, hecho confirmado no sólo por el acuerdo de la infanta con Pedro IV sino también por la carta que el futuro Juan I de Aragón escribió a su padre ese año, en el que acusa a MarÃa de ser la instigadora de la muerte de su prometida esposa. Según la historiadora Ana Rodrigues Oliveira, MarÃa regresó a Portugal después de 1375, y recibió sepultura en el Monasterio de Santa Clara-a-Velha, en CoÃmbra. Sin embargo, en carta fechada el 8 de mayo de 1377, Pedro IV comunica a su hijo mayor que «Cert ardit havem haüt que la infanta de Portugal és morta en Jènova».[1]
Referencias
BibliografÃa
- Braamcamp Freire, Anselmo (1927). Brasões da Sala de Sintra, Livro Segundo (en portugués). Coimbra: Imprenta da Universidade. OCLC 794223590.
- Caetano de Souza, Antonio (1735). Historia Genealógica de la Real Casa Portuguesa (en portugués). I, Libros I y II. Lisboa: Lisboa Occidental, na oficina de Joseph Antonio da Sylva. ISBN 978-84-8109-908-9.
- Cantarell Barella, Elena; Comas VÃas, Mireia. «Maria de Portugal, una dona amagada per la Història». Acta Historica Et Archaeologica Mediaevalia, [en lÃnea], 2002, n.º 23, pp. 557-574 (en catalán).
- Lopes, Fernão (1735). Joze Pereira Bayam, ed. Chronica del Rey D. Pedro I (en portugués). Lisbon: Lisboa Occidental. OCLC 560418350.
- Rodrigues Oliveira, Ana (2010). Rainhas medievais de Portugal. Dezassete mulheres, duas dinastias, quatro séculos de História (en portugués). Lisboa: A esfera dos livros. ISBN 978-989-626-261-7.