Era nieto de Martín Miguel de Güemes, héroe de la Guerra Gaucha y primer gobernador de la provincia autónoma, e hijo de Martín Güemes y Puch, también gobernador de la provincia de Salta, y de doña Adela Güemes Nadal, quien poseía una casa frente a la plaza de Rosario de la Frontera.
Biografía
Era el único hijo de Martín del Milagro Güemes y Puch, que fue gobernador de Salta entre 1857 y 1859. Estudió en Santa Fe y en Buenos Aires, donde se recibió de abogado en 1881. Regresó a su provincia natal, donde se dedicó a la política.[1]
Fue Presidente del Concejo Municipal de Rosario de la Frontera entre los años 1885 y 1886, antes de ser elegido Gobernador de la Provincia de Salta.
A muy poco de asumir debió enfrentar la epidemia de cólera que azotó la provincia, traída a la misma por los soldados regresados de la Guerra del Paraguay. El presidente del Consejo Nacional de Higiene huyó a los Valles Calchaquíes, adonde la enfermedad no llegó sino muy atenuada, mientras el único médico especializado en epidemiología, de apellido Serrey, se estableció en Metán y Camposanto; no obstante, la epidemia castigó con dureza también la capital provincial, Cerrillos, Chicoana, Rosario de Lerma, La Viña y Guachipas. El gobierno respondió a la emergencia creando una Junta de Sanidad, que logró controlar los efectos letales en varios casos.[1]
Entre sus medidas más destacadas figuraron la fundación del Banco de la Provincia de Salta y la reglamentación de la ley de matrimonio civil. Estableció cuerpos de policía en toda la provincia y creó el Asilo "El Buen Pastor" en la capital.[1]
El Poder Ejecutivo fue autorizado a vender el edificio y terreno del Cabildo de Salta, que sin embargo no fue vendido. Bajo su gobierno se reformó la constitución provincial. Extendió la educación primaria y realizó algunos progresos edilicios en la capital.[1]
En 1887 fundó el pueblo de El Arenal (Ley Nº 265), en Rosario de la Frontera, para el cual donó tierras de su propiedad que antes habían pertenecido a su abuelo materno el coronel Domingo Puch.
Los grupos dominantes crearon el "Club 20 de Febrero" y el "Club del Progreso", que fueron tanto centros sociales como partidos políticos. Incapaz de tratar con la oposición de manera constructiva, logró la elección de diputados afines a su persona que respaldaron todas sus iniciativas de forma acrítica. Pese a la oposición de los dirigentes que no se adherían al gobernador, la población lo apoyaba en su gestión y sería recordado con cariño.[1]
Al descender del cargo de gobernador fue elegido senador nacional, pero rara vez se presentó en la capital a ocupar su banca. Pasó la mayor parte del resto de su vida en su finca de Rosario de la Frontera, donde falleció a los 39 años, en febrero de 1897. No tuvo descendencia.[1]