Su nombre hace referencia al «término, casa y castillo» de la Floresta de Arbeca, localidad antiguamente situada en la «veguería de Lérida» junto a la villa de las Borjas Blancas,[2][3] y la cual el I marqués ya había comprado en enero de 1691 para titularse señor del lugar.[1]
A pesar de que algunas fuentes afirman que el 28 de mayo de 1709 se le concedió la Grandeza de España honoraria, el historiador y genealogista español Jaime de Salazar y Acha ha demostrado que en realidad la misma fue investida en Pablo Arduino, príncipe Palicio, marqués de la Floresta y Soreto en Sicilia, cuya similitud en el título que poseía ha llevado a confusiones: «esta grandeza ha sido atribuida en algunas ocasiones, interesadamente, a otro Marquesado de la Floresta que fue concedido por Felipe V, por su Real Decreto de 20 de junio de 1703, al catalán don Antonio de Potau, y rehabilitado en 1982. Pero este otro marquesado de la Floresta es distinto al concedido a los Ardoino. Véase, como ejemplo de dicha errónea e interesada atribución, el Elenco de Grandezas y Títulos Nobiliarios Españoles (...) al tratar del marquesado de la Floresta», dice Salazar y Acha.[4]
El I marqués murió en 1713 y el título fue heredado, posiblemente, por su esposa Ignacia de Gay Perellós de Aragón y Peñalosa. En 1982 Juan Carlos I lo rehabilitó a favor de Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila.
Antonio de Potau y de Ferreró (1664-1713), I marqués de la Floresta, doctor en Derecho, abogado fiscal de la Diputación de Cataluña en 1688, asesor y abogado general de la Casa y Estados de los duques de Cardona y de Medinaceli en dicho territorio, gentilhombre de boca de Felipe V desde 1702.[1] En 1705, tras la concesión del título y en plena Guerra de Sucesión Española, también fue nombrado miembro del Consejo de Hacienda (en Sala de Gobierno) y presidente de la Contaduría Mayor de Cuentas, cargos en los que sirvió efectivamente desde 1706. Se halló presente en la jornada de Cataluña y el sitio de Barcelona. Por entonces fue uno de los seis ministros a los que el rey Felipe encomendó el arreglo del gobierno legal, político y económico del territorio catalán.[1]
El 7 de febrero de 1683, dentro de la iglesia parroquial barcelonesa de los Santos Justo y Pastor, contrajo matrimonio con Ignacia de Gay Perellós de Aragón y Peñalosa, señora de Tárrega e hija de Miguel de Gay y de Perellós de Aragón —señor de las baronías de Oronés, Sant Just y Quadra de Vilamajor, carlán de la villa de Ager—, y de la aragonesa Ana de Peñalosa Vela y Rebolledo.[5] Sus tres hijos murieron a temprana edad, por lo que el marquesado recayó, al parecer, en la esposa de Antonio:
El testamento que otorgó la II marquesa el mismo día de su muerte, ante Félix Daniel del Campo, dejó por heredera a su sobrina Gertrudis de Sobíes y de Gay, hija única de su primo difunto Antonio de Gay Perellós.[5] No obstante, desde esa fecha el marquesado quedó vacante y finalmente, según declaración del Consejo de Hacienda el 13 de septiembre de 1768, se extinguió.[6] En realidad, el heredero original nombrado por el rey en 1718, Antonio de Potau y Osset (sobrino del I marqués y muerto en 1737), no había podido ostentar el título debido a que no tenía fortuna suficiente para pagar los elevados impuestos de lanzas y media anata establecidos en la época.[7][a]
Inclusive, los dos intentos de rehabilitación, el 19 de abril —por parte de un descendiente de la familia de la segunda marquesa— y el 8 de mayo de 1916 —por parte de un descendiente de la línea de los condes de Vallcabra, cuyo parentesco con el primer marqués era «indemostrable documentalmente en su grado exacto»— fueron desestimados el 18 de octubre de 1918.[6][7] Tuvieron que pasar poco menos de dos siglos desde la muerte de Ignacia de Gay hasta que —previa petición del interesado el 11 de noviembre de 1980 (BOE del día 20)—[8] una resolución del Ministerio de Justicia el 19 de julio de 1982 (BOE del 18 de septiembre del mismo año)[9] rehabilitó el título en favor de:[10]
Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila (n. Madrid, 4 de marzo de 1957), III marqués de la Floresta por carta de sucesión del 6 de septiembre de 1982,[10] barón de Oronés y de Saint Jus,[11][b] VIII vizconde de Ayala[13][14] y duque de Ostuni en Nápoles.[12][c]
El 15 de octubre de 1983, dentro de la catedral de Segovia, casó en primeras nupcias con Ana Belén Moyano y Vital (n. 1960), hija de Ignacio Moyano y Aboín, descendiente de los VIII condes de la Ventosa, y de su esposa Ana María Vital y Delgado.[15] Contrajo segundo matrimonio el 26 de enero de 2001, en el Real Sitio de San Ildefonso (Segovia), con María Jofre y Gómez (n. 1969), hija de Ramiro Jofre y Pardo y de su esposa María de los Ángeles Gómez y Sobrino, además de dama gran cruz de la Orden Patriarcal de San Ignacio de Antioquía, dama oficial de la Orden al Mérito Melitense, de la Maestranza de Caballería de Castilla etc.[15]
↑De acuerdo a una certificación expedida en 1755 por la Contaduría Mayor de Cuentas, el título de marqués de la Floresta estaba cargado, entre el 2 de abril de 1708 y el 30 de octubre de 1754, con hasta 5 722 620 maravedís (a razón de 122 400 maravedís cada año), en concepto del impuesto de lanzas.[7] De estas cantidades, Ignacia de Gay solamente pagó una porción menor, según libramientos dados en 1743 y en 1752, por lo que a su muerte sus bienes y rentas quedaron embargados y sujetos al pago de dicha deuda.
↑La sentencia dictada por el Juzgado de Primera Instancia número 2 de Madrid, con fecha de 16 de octubre de 1989, devenida firme, le declara vizconde de la Floresta, barón de Oronés y de Saint Just.[12] Además, le reconoce los honores de la Grandeza de España y le da la consideración de «óptimo y civilísimo» posesor de todos estos títulos nobiliarios. Esta sentencia ha sido ejecutada por providencia dictada por el Juzgado el 3 de febrero de 2010, y comunicada al Ministerio de Justicia para su cumplimiento.
↑Ostenta el título en virtud de la sentencia firme dictada por el Tribunal de Casale Monferrato (Italia) el 12 de junio de 2005, declarada ejecutoria el 22 siguiente.[12] Fue ejecutada en España mediante Auto del Juzgado de Primera Instancia número 33 de Madrid el 14 de octubre de 2009, devenido firme, y comunicado al Ministerio de Justicia para su reconocimiento y cumplimiento.