Lucía nació en Tucumán, la quinta de siete hermanos, en una familia de ascendencia libanesa.[1] Fue educada en un colegio religioso.
Durante la dictadura que afectó a Argentina desde 1976 a 1983, su provincia, Tucumán, fue duramente castigada por la represión militar, y según ella ha declarado «fue ahí (donde) me encontré con el sufrimiento de la gente y con la pregunta de por qué la violencia. Esa fue la primera semilla de mi vocación».[2]
Lucía Caram vive desde 1994[3] en España y reside en el Convento de Santa Clara de Manresa en Barcelona.[4] Es la impulsora de la Fundación Rosa Oriol.[5]
Visión política
Lucía se manifiesta en contra de la corrupción,[cita requerida] a favor de los más pobres, a favor de los políticos presos en Cataluña,
[6][7] -y de algunos personajes cercanos-[8] y a favor -directa o indirectamente- del separatismo catalán.[9][10] Además, ha hecho declaraciones a favor de los homosexuales y sobre su posibilidad abierta de incorporarlos dentro del matrimonio convencional,[11] así como a favor de la acogida de inmigrantes y refugiados en España.[12][13]
Lucía considera que el papel de la mujer «no ha sido reconocido dentro de la iglesia» y que vivimos en una sociedad «machista y patriarcal».[14] En declaraciones a EITB, expresó su idea de que la iglesia debía «renovarse para afrontar el aborto y los métodos anticonceptivos» ya que ella no podía «forzar a ninguna mujer a abortar».[14][15]
Televisión
Ha colaborado en el programa Las mañanas de Cuatro. También participa en el Canal Cocina, con su programa de recetas titulado Sor Lucía.[16] El programa también se emite para América Latina por el canal El Gourmet.[17]
Reconocimientos
En 2006 recibió el premio Memorial Àlex Seglers en reconocimiento a su actividad en favor del ecumenismo, como la creación del Grupo de Diálogo Interreligioso en Manresa y su participación en la organización del II Parlamento Catalán de las Religiones en 2006.[18]
En enero de 2017, en el programa Chester in love, conducido por Risto Mejide, sor Lucía declaró que San José y la Virgen María habían mantenido relaciones sexuales como cualquier pareja normal, lo que levantó gran polémica en la comunidad religiosa de las Dominicas.[20]