Steiner propone una encarnación de Lucifer durante el III milenio a. C., probablemente en Fuxi, una encarnación del Cristo en el año 33 y una futura encarnación de Ahriman en el III milenio.[2] Describe asimismo la potencia de Lucifer como algo que incita el humano a todas las exaltaciones, los falsos misticismos, el orgullo de elevarse sin frontera y la de su opuesto Ahriman (equivalente de Satan) como algo que incita el humano a las supersticiones materialistas.[2]
Referencias
↑Rudolf Steiner, Lucifer et Ahriman, Éditions Anthroposophiques Romandes, 1977, p.5,6,7,8