Hijo y nieto de pintores demostró desde niño sus habilidades artísticas como dibujante. Trasladado a Barcelona desde muy joven, será en esta ciudad donde monta un taller y donde hay la mayor parte de su obra.
Cuando empieza su actividad en el taller que tenía en la calle Enrique Granados de Barcelona, alrededor del año 1900, recibe los primeros encargos de Lluís Domènech i Montaner para la realización de mosaicos.
En 1901 prepara escenografías para el Gran Teatro del Liceo de Barcelona, entre los que se conservan en el archivo municipal de Esplugas de Llobregat están los de la ópera Hänsel und Gretel, concretamente una pareja de dibujos firmados por el artista: la cabaña de los niños del primer acto y el bosque en el cual se pierden del segundo acto.
Viajó a Venecia en el año 1904, para formarse en las técnicas del mosaico. En esta actividad mosaiquista es donde se encuentra su mejor y más extensa obra.
En el Palacio de la Música realizó toda la decoración de mosaicos y trencadís que, junto con los vitrales de Antoni Rigalt i Blanch, son los elementos de artesanía modernista que imprimen la personalidad de este edificio. Bru tuvo trabajando en exclusiva hasta catorce técnicos durante varios años. Por toda la fachada cobró 9000 pesetas.[2]
Lluís Bru fue muy reconocido en su época y ganó la medalla de la Exposición Internacional de Arte de Barcelona del año 1911 con una chimenea que representaba a San Jorge, dibujado por el artista Josep Triadó. En 1925 recibe la Medalla de Oro de la Exposición Internacional de las Artes Decorativas de París.