Las huellas de La Barraca fue una iniciativa anual que tomó el nombre del grupo de teatro universitario más conocido de principios de siglo XX -gracias a su director, García Lorca- y que se mantuvo programando obras de grupos peninsulares e hispanoamericanos en verano durante siete ediciones.[nota 1][2] En ese tiempo participaron 17 compañías distintas (7 de ellas iberoamericanas) con más de 350 actores en 36 montajes (23 adaptaciones de teatro clásico y 13 obras contemporáneas) para un total de 773 representaciones.[3]
La dinámica
Tras un concurso y selección público abierto a escuelas oficiales y aulas de teatro universitario, la media docena de grupos seleccionados eran subvencionados para montar una de las varias obras propuestas, que variaban cada año según la temática elegida,[nota 2] incluyendo, bien más presencia de piezas del Siglo de Oro o bien de autores contemporáneos. Todo el trabajo del curso se mostraba en una gira itinerante por plazas y pueblos de España coincidiendo con algunos festivales importantes como el Festival de Teatro Clásico de Almagro. La gira solía incluir rutas diferentes para cada grupo con lo que se aumentaba el radio de acción, pudiendo en algunas fechas señaladas coincidir en ruta algunos grupos y compartir escenario.
Antes de su última edición, Las huellas de La Barraca contaron con una exposición itinerante que visitó las principales universidades del país durante el curso lectivo. En ella se mostraban documentos y enseres de los primeros barracos, vestuario y escenografía así como fotografías y audios con los que acercar su experiencia a los nuevos estudiantes.[5] Con motivo de completar esta recopilación se editó un libro La Barraca: Teatro y Universidad. Ayer y hoy de una utopía.[6] el cual además del material de la exposición y un amplio catálogo de fotografías de la época, algunas hasta entonces inéditas, incluye el testimonio de cuatro componentes de La Barraca ya desaparecidos: el de los actores Modesto Higueras, María del Carmen García Lasgoity y Luis Sáenz de la Calzada y el del pintor José Caballero.
El libro tenía 176 páginas y aproximadamente 130 ilustraciones, con una tirada inicial de 6.537 ejemplares. Fue editado en 2011.
Reconocimientos
Las huellas de La Barraca obtuvieron en 2010 el Premio Dionisos, establecido por el Centro UNESCO de la Comunidad de Madrid[7] para premiar proyectos teatrales con repercusión social. Las razones principales que esgrimió el jurado a la hora de fallar el premio fueron: El apoyo al fenómeno del teatro universitario, el altruismo de los actores-estudiantes, la creación de nuevo público teatral, y el fomento del teatro como bien cultural en territorios en los que por sus condiciones geográficas el arte escénico no posee un destacado arraigo.[8]
Notas
↑Siendo las dos últimas organizadas ya por Acción Cultural Española, un nuevo ente que absorbería la infraestructura y actividades de la SECC.
↑Según AC/E los ejes temáticos fueron los 75 años de la proclamación de la II República (2006); el IV Centenario de Rojas Zorrilla (2007); la Guerra de la Independencia (2008); la aparición del Arte nuevo de hacer comedias, de Lope de Vega (2009); el Año Xacobeo (2010) y para rememorar el estreno en 1932 de La vida es sueño, de Calderón de la Barca, en el Claustro de San Bernardo de Madrid, representada por Federico García Lorca y sus actores La Barraca en la Universidad (2011). En la última edición se conmemoró la aparición de la primera universidad en España, la de Palencia así como el bicentenario de la Constitución de 1812.