”Un film que tiene algo de genocidio… hondo clima de violencia y de sangre… el final nos muestra a la protagonista queriendo redimirse frente a un crucifijo… No cabe duda que Armando Bó maneja acertadamente las escenas de violencia, con un ritmo que no es común en nuestro cine”.[1]
Manrupe y Portela escriben:
”Retorno de Bó a la línea de El trueno entre las hojas y Sabaleros con más hincapié en lo violento que en lo erótico. Buena acción y algunos diálogos ingenuamente memorables”.[1]
Referencias
↑ abcdManrupe, Raúl; Portela, María Alejandra (2001). Un diccionario de films argentinos (1930-1995). Buenos Aires: Editorial Corregidor. p. 566-567. ISBN950-05-0896-6.