Esta pintura al óleo sobre lienzo representa a dos niñas soñando y descansando en un huerto. La vegetación es abundante y su pose en traje primaveral es relajada.[1]
Ocupan casi todo el ancho del lienzo a excepción de una raqueta de tenis abandonada que complementa el entorno idílico.[1]
Historia de la obra
Cuando esta obra se exhibió por primera vez en el Salón del Campo de Marte, en París en 1893, el crítico de arte del periódico L'Éclair la describió como la mejor y más importante obra de Louise Catherine Breslau.[1]
Originalmente propiedad de la artista Madeleine Zillhardt, pareja de Breslau, el cuadro fue adquirido por el Estado francés ese mismo año por iniciativa del artista Pierre Puvis de Chavannes, entonces presidente de la Société Nationale des Beaux-Arts. [2]