Natural de Valencia, según Ceán Bermúdez, colaboró con Antonio Palomino cuando este llegó a la capital valenciana en 1697 para pintar los frescos de la iglesia de San Juan del Mercado. Acompañó luego a Palomino a Madrid donde se encargó de la pintura de las pechinas de la desaparecida iglesia de San Felipe el Real, en las que pintó a los santos Alipio, Próspero, Fulgencio Rupestre y Posidio, junto con dos historias de la vida de san Agustín en sendos medallones de la bóveda.[1] En 1726 firmó el retrato de su maestro Antonio Palomino, «seco y duro, pero muy intenso de expresión», conservado en colección particular.[2]
↑Ceán Bermúdez, t. IV, p. 381-382. Según Ceán habría muerto en Madrid en 1717 mientras trabajaba en los frescos de San Felipe el Real, que habrían sido completados por su hijo Pedro Simó un año después.
Pérez Sánchez, Alfonso E. (1992). Pintura barroca en España 1600-1750. Madrid : Ediciones Cátedra. ISBN 84-376-0994-1.
Thomason, Phillip B. (2005). El Coliseo de la Cruz 1736-1860. Estudios y documentos. Fuentes para la historia del teatro en España. XXII. Tamesis, Woodbridge. ISBN9781855661141.