José María Bravo nació en Madrid en 1917 y realizó sus estudios en la Institución Libre de Enseñanza, donde obtuvo buenos resultados académicos. Sus buenas notas le permitieron hacer un intercambio de estudios a Alemania.[1]
Guerra Civil
En julio de 1936, una vez que estalló la guerra civil española, se presentó voluntario a la Aviación republicana. Bravo ya había practicado el vuelo sin motor antes de la guerra, con lo que ya tenía una experiencia en el manejo de aviones. Aceptada su solicitud marchó a la Unión Soviética para tomar parte en el primer curso de formación de pilotos; Tras seis meses de entrenamiento en Kirovabad, volvió a la España republicana en junio de 1937 como Sargento Piloto de Caza y experto en el manejo de los Polikarpov I-16.[1] Empezó su actividad militar pilotando con los pilotos soviéticos de la 1.ª Escuadrilla de Moscas.[2] Tanto sus dotes de mando como su carisma pronto le impulsaron en las Fuerzas aéreas republicanas y con ellos vinieron los ascensos: Teniente (11 de marzo de 1938) y Capitán (31 de mayo).[2][3]
Como parte de estos ascensos también fue puesto al frente de la 3.ª Escuadrilla de Moscas, con la que participó en las batallas de Levante y Ebro; Esta unidad será la que más derribos se apunte durante la Campaña de Levante, correspondiendo 10 derribos a Bravo.[2] El 27 de agosto de 1938 dejó la dirección de esta unidad para ocupar la subjefatura del Grupo 21 de Caza (bajo el mando de Manuel Zarauza Clavero y compuesto por aparatos I-16) con tan solo 22 años.[2] La derrota republicana en el Ebro sentenció el devenir de la guerra y la Ofensiva franquista en Cataluña empujó a los republicanos hasta Francia, entre los que también se encontraba José Bravo.[2] Durante toda su actividad en la Guerra se le atribuyen 23 derribos individuales, 1200 horas de vuelo y la participación en 160 combates.[3] Durante la guerra pilotó los I-16 matriculados CM-193 y CM-249.[2]
Segunda Guerra Mundial
Estuvo internado en los campos de concentración de Gurs y Argelès-sur-Mer en el sur de Francia hasta que pudo huir a la Unión Soviética,[4] donde retomó sus estudios en Járkov (Ucrania), donde le sorprendió la Invasión alemana de la URSS en 1941.[5] Intentó ingresar en la Fuerza Aérea Soviética pero ante la negativa de los mandos soviéticos de integrar como pilotos a republicanos españoles hubo de integrarse en una unidad de minadores y sabotaje nocturno que actuaba en la zona del mar de Azov.[1] Sobre esta época Bravo dijo:
"Yo, que me hice piloto para no tener que andar, me vi teniendo que caminar noche tras noche, entre enemigos, y con nieve hasta las rodillas".[3]
En 1942, sin embargo, fue aceptado en la VVS junto a un grupo de antiguos pilotos republicanos y destinado a la defensa aérea en la región de Bakú, en el marco de la Campaña del Cáucaso. En 1943 lideró el grupo aéreo que escoltó a Stalin en su viaje a Teherán (capital de Irán) para asistir a la histórica reunión que tuvo lugar en dicha ciudad. En 1948, tras el final de la Segunda Guerra Mundial, fue desmovilizado después de 12 años de servicio militar.
Vuelta a España
Después de ser desmovilizado se marchó a Moscú, donde trabajó durante algunos años en el Instituto Pedagógico de Idiomas impartiendo docencia y clases de español.[1] En 1960 pudo volver a España sin encontrar excesivas dificultades por parte de las autoridades franquistas debido a su pasado de militar republicano y su anterior estancia en la URSS. Desde 1976 colaboró en la creación de la Asociación de Aviadores de la República (ADAR) para lograr el reconocimiento de los grados y cargos profesionales de la aviación republicana, cosa que finalmente consiguió.[cita requerida] Fruto de sus gestiones, en 1978 fue nombrado coronel del Ejército del Aire, con todos los derechos que conlleva su graduación militar. Desde entonces se dedicó a colaborar y apoyar a la Fundación Infante de Orleans, especialmente en la búsqueda de financiación para poder adquirir un Polikarpov I-16, el mítico avión de su juventud.[3] Para entonces, con una avanzada edad, durante largos años aún siguió acudiendo a numerosos espectáculos aéreos hasta que murió en Madrid a finales de 2009.
Película
En 2012 se estrenó una película biográfica, El Español (en ruso: Испанец), dirigida por Aleksandr Tsatsuev y protagonizada por Vladímir Panchik en el papel de Bravo.[6]
Memorias
José María Bravo & Rafael de Madariaga (2007); El seis doble: Bravo y los Moscas en la Guerra Civil Española y en la Segunda Guerra Mundial, Madrid. ISBN 84-923450-6-3.[7]