Jeanne Brolliet fue la última mujer quemada viva por brujería en la ciudad helvética de Ginebra en 1623.[1]
Biografía
En 1623, una adolescente de 15 años, Françoise Salla, sufrió convulsiones y delirio. Juzgada «poseída», indica durante su interrogatorio que en los diez meses anteriores, su madre y Jeanne Brolliet discutieron por una deuda, y que unos diez días después, según Salla su malestar empezó cuando Brollier le había mirado insistentemente.[2]
Las razones por las que Jeanne Brolliet fue incriminada se encuentran en su entorno más cercanos:sus conocidos y sus vecinos.[3]
Contexto
Jeanne Brolliet es la última mujer acusada de brujería quemada viva en la ciudad y el cantón de Ginebra. Posteriormente, otros fueron condenados también a la hoguera, pero el último caso en la ciudad Ginebra fue el de Michée Chauderon en 1652, quien rogó no correr la misma suerte y fue ahorcado primero. En toda Suiza, la última condena a muerte por brujería data de 1782.[4]
Trabajo académico
Este caso de Brolliet fue el objeto de estudio de una "secuencia didáctica", de trabajos de estudiantes y publicados por el Equipo de Enseñanza de Historia y Ciudadanía (ÉDHICE), equipo compuesto por profesores-investigadores de la Universidad de Ginebra, destinado a los estudiantes de pedagogía futuros profesores de la educación secundaria.[5][6]
Referencias