Al igual que los demás lirios, el hediondo está provisto de un grueso y prolongado rizoma. Sus hojas son perennes, envainantes, en forma de espada y, prácticamente todas, radicales; las caulinares son opuestas. Las flores aparecen en grupos de hasta 3, al extremo de un escapo floral de 30-40 cm. Son grandes y de un color azul pálido matizado de amarillo. Las piezas que componen la flor son más estrechas que las de otros lirios. El fruto es una cápsula ovoide que se abre en valvas, dejando al descubierto llamativas simientes rojas que permanecen durante largo tiempo adheridas a las valvas.[1]
Hábitat
Es muy frecuente en los bosques galería. Gusta de suelos bien drenados.
Tanto los rizomas como las hojas de esta planta son tóxicos por ingestión causando vómitos y diarrea.[2]
También se conoce toxicidad causada por glicósidos y que afecta principalmente al hígado.[3]