A menudo, los humoristas son buenos caricaturistas y representan en las viñetas a personalidades de la actualidad política, social o cultural del país, en situaciones o contextos no necesariamente reales. Otros dibujantes desarrollan personajes propios con una personalidad original o radicalmente vulgar. La obra de algunos autores va más allá del simple entretenimiento o de la humorada, con registros psicológicos más exquisitos.[1]