Historieta cómica o cómic humorístico constituye uno de los géneros historietísticos más importantes, de tal forma que es posible encontrar referencias donde se la oponga a la historieta de aventuras o seria, como uno de los dos grandes bloques en que puede dividirse el medio.[1] Contamina, además, a otros géneros, como el costumbrista. Notése que el término de origen anglosajón cómic procede a su vez del griego "Κωμικός", kōmikos, de o perteneciente a la "comedia."[2]
Características
En términos generales, el cómic de humor presenta una serie de rasgos que la distinguen de otros géneros, a pesar de las consabidas excepciones:
Temáticas
Inclusión de gags, chistes o bromas, tanto visuales como verbales, y cientos de situaciones insólitas con la intención de provocar una sonrisa en el lector, aunque, como explica el guionista Jaume Ribera, una historieta cómica puede estar compuesta por una sucesión de chistes inconexos, pegados a la fuerza; es preferible crear una situación graciosa que vaya destilando gags a medida que avanza.[3]}}
En términos generales, no exige tanta planificación como otros géneros (el de ciencia ficción, por ejemplo), ya que no requiere la misma información.[4]
Formales
El uso de ciertos formatos, como la tira diaria, de extensión generalmente breve.
La preeminencia del estilo caricaturesco, con sus "típicas deformaciones", aunque también puede mostrar un estilo "realista o casi realista", como en la revista MAD.[5]
Un trazo limpio, sin sombreado.
Una mayor presencia de onomatopeyas y símbolos cinéticos.[6]
Inspirada en Le Charivari (1832), la revista mensual británica Punch (1841) fue el motor de la expansión mundial de la historieta, al dirigirse a un nuevo sector aupado también por la revolución social e industrial: la infancia. El modelo de Punch fue imitado en todo el mundo, dando lugar en Alemania a Fliegende Blatter (1848) en la que debutaría el excepcional Wilhelm Busch, autor de Max und Moritz (1865); en Japón, a The Japan Punch (1862-87), y lo que es más importante, en Estados Unidos, a Puck (1877), Judge (1881) y Life (1883), verdaderos campos de prueba del cómic de prensa en los que comenzaron, entre otros, Richard Felton Outcault y Frederick Burr Opper.
Surgen también series con personajes fijos, como el británico Alley Sloper, creada por W. G. Baster en 1884 para la revista Alley Sloper’s Half Holiday; La Famille Fenouillard, creada por Georges Colomb para Le Petit Français illustré en 1889, y Little Bears and Tigers, del estadounidense James Swinnerton en 1892. Al año siguiente, se incorpora el color en el suplemento dominical del New York World de Pulitzer.[8]
E. C. Segar presentaría en Thimble theater (1919) al famoso Popeye, además de los primeros relatos largos con abundantes gags humorísticos.[9] Otra historieta importante es Li’l Abner (1934) de Al Capp.
Al poco tiempo, las tiras más importantes adoptarían predominantemente protagonistas orientados a la infancia, aunque con una fuerte carga intelectual, como Nancy (1938) de Ernie Bushmiller, Barnaby (1942) de Crockett Johnson, Pogo (1948) de Walt Kelly y Peanuts (1950) de Charles Schulz, con su mundialmente famoso Snoopy.
Argentina y España viven, mientras tanto, una época dorada de la historieta de humor a partir de mediados de los años 40. Destacan en Argentina las revistas humorísticas Rico Tipo (1943) y Tía Vicenta (1957), mientras que en España los autores cómicos de Bruguera lograron configurar un estilo fácilmente reconocible, a medio camino entre el entretenimiento infantil y el costumbrismo satírico, al presentar un reflejo caricaturesco de la sociedad, con especial hincapié en los conflictos laborales y familiares. Uno de sus referentes era La familia Ulises (1945), publicada en la competencia por Joaquín Buigas/Marino Benejam, pero mucho más amable.
La Revista MAD, publicada ininterrumpidamente desde 1952, se ha caracterizado por satirizar los productos de consumo de la sociedad estadounidense, especialmente los procedentes de los medios de comunicación. Sin embargo, y a pesar de ser una revista estadounidense para un público estadounidense, su presencia ha sido apreciada por lectores de muchos idiomas.
En 1959, los franceses Goscinny y Uderzo crearían Astérix el Galo para la revista Pilote, cuyo humor se basa a menudo en caricaturas anacrónicas y estereotipos de naciones europeas contemporáneas. Su éxito fue inmediato, convirtiendo a su revista en una referencia dentro de la historieta franco-belga. El mismo guionista se encargaría de personajes como Lucky Luke (1949) e Iznogud (1962). En Pilote hay que destacar además a Greg con su personaje Aquiles Talón (1963).
↑"comic adjective" The Oxford Dictionary of English (revised edition). Ed. Catherine Soanes and Angus Stevenson. Oxford University Press, 2005. Oxford Reference Online. Oxford University Press. Surrey Libraries.
↑Ribera, Jaume en El guion, base para la historieta en la revista Bruguelandia, Editorial Bruguera, Barcelona, 29/06/1981, p. 94.
↑Das Pastoras en Entrevista a Das Pastoras, publicada en Lobezno. Das Pastoras, Panini España, S. A., Barcelona, 2010.