Esta enzima también es tomada en cuenta en la participación de la exención o diseminación de los tumores malignos al existir la hipótesis de que las células neoplásicas secretan hialuronidasa para así destruir, a la manera de como lo hace en la fecundación de la corona radiada, la matriz extracelular e infiltrarse en tejidos vecinos.[cita requerida]
Las hialuronidasas se encuentran ampliamente distribuidas en el reino animal. En 1828, Duran-Reynals observó la presencia de un "factor de difusión" en extractos de testículos de mamíferos y otros tejidos, facilitando la propagación de colorantes y vacunas antivirales inyectadas subcutáneamente. Karl Meyer, posteriormente, acuñó el término hialuronidasa para referirse a enzimas que degradan el ácido hialurónico (AH), clasificándolas en tres grupos mediante análisis bioquímicos y productos finales de degradación.[3]
Grupo 1: Hialuronidasas de mamíferos, como la PH‑20 presente en testículos, facilitan la fertilización al localizarse en la superficie del espermatozoide y el acrosoma, permitiendo su entrada a través de la matriz extracelular y la membrana pelúcida del óvulo.
Grupo 2: Hialuronidasas de venenos animales, detectadas en serpientes, abejas, pez piedra, escorpiones, arañas, lagartos, avispas y orugas, facilitan la difusión de toxinas del veneno, permitiendo su paso a la circulación sistémica.
Grupo 3: Hialuronidasas microbianas, liasas que actúan como factor de virulencia en la patogenia e infección, degradan la matriz extracelular favoreciendo la invasión de patógenos y la difusión de sus toxinas.[2]
* Reproducción asistida
La hialuronidasa se emplea, junto con medios mecánicos, en el proceso de decumulación realizado tanto en FIV como en ICSI.