La gastronomía de Cantabria, gracias a la situación geográfica de esta comunidad autónoma, cuenta con una selecta relación de ingredientes: los pescados y mariscos del mar Cantábrico, el salmón y la trucha terciada de las cuencas altas de sus ríos, hortalizas y legumbres de su huerta, y su ganadería vacuna.
Ingredientes
Pescados y mariscos
El marisco es el máximo protagonista de la mesa regional, siendo de gran variedad y calidad, gracias a las frías y limpias aguas de las que procede. Si bien puede conseguirse en toda la costa, es en la bahía de Santander donde se encuentran los mejores ejemplares. Buenos ejemplos son las almejas, mejillones, muergos, berberechos, nécoras, centollos, percebes, cigalas, langostas, caracolillos o bogavantes. También destacan los calamares que son la base de las rabas, que en la orilla del Cantábrico alcanzan un nivel de aromas y sabores extraordinarios.
Entre los pescados pueden mencionarse las lubinas, merluza, cabrachos, bocartes, etcétera. El bonito da lugar a uno de los platos más típicos de la región, el sorropotún o marmita. Las sardinas son un plato típico muy propio de puertos de pescadores, asadas.
Un alimento también muy popular en la zona de Liébana es el borono, que consiste esencialmente en una masa hecha con sangre y tripas del cerdo, cebolla, sal, manteca, especias (comino, pimienta...), harina de maíz y harina de trigo.
Bebidas
La bebida más característica de esta región es el orujo, elaborado artesanalmente, y destilado gota a gota.
Históricamente hubo gran producción de sidra y chacolí,[2][3] que tras un importante declive se está recuperando en los últimos años.
Otros postres que no son genuinamente cántabros, pero que gozan de gran tradición en la región, son el arroz con leche, las natillas, la cuajada y la leche frita, cuya degustación casera es un magnífico cierre de menú. También merecen resalte las mermeladas de frutas.
Es indiscutible la alta calidad de la leche cántabra, por lo que no puede extrañar que los derivados de la misma proliferen por toda la región: la mantequilla, el queso de nata, que puede encontrarse por toda la región; el queso picón en Tresviso y Bejes; quesos ahumados como los de Áliva o Pido; o los pequeños quesucos, realizados con la mezcla de leche de vaca y oveja.
↑Barreda, Fernando (1947). El chacolí santanderino en los siglos XIII al XIX (1.ª edición). Editorial Maxtor Librería. ISBN84-95636-84-0.
↑«El chacolí del burgalés Valle de Mena quiere DO». elmundovino.com. 14 de abril de 2005. Consultado el 19 de enero de 2008. «De hecho, el chacolí fue hasta finales del siglo XIX un producto generalizado en la vertiente cantábrica, y hace siglo y medio la producción de la provincia de Santander –hoy, comunidad autónoma de Cantabria- superaba bastante ampliamente la de las provincias vascongadas, según los datos que recogía el profesor bordelés Alain Huetz de Lemps en su histórico estudio 'Vignobles et vins du Nord-Ouest de l'Espagne'.»