Los faux frais de producción es un concepto utilizado por los economistas polÃticos clásicos y por Karl Marx en su crÃtica de la economÃa polÃtica. Se refiere a los "gastos incidentales de explotación" incurridos en la inversión productiva del capital, que no añaden por sà mismos nuevo valor a la producción. En la contabilidad social de Marx, los faux frais son un componente del capital constante o, alternativamente, se financian con una fracción de la nueva plusvalÃa.[1]
En general, Marx parece haber considerado los pagos netos de seguros e impuestos de los ingresos brutos de producción como parte de la plusvalÃa. Pero nunca se explayó sobre este punto en detalle; presumiblemente depende de la naturaleza de las propias reclamaciones de impuestos y seguros.
El profesor Makoto Itoh comenta:
A diferencia de los costes de circulación puros, como los de contabilidad y publicidad, que son faux frais especÃficos sólo de una economÃa mercantil, algunas partes de los costes de almacenamiento y transporte pertenecen sustancialmente a procesos de producción que continúan en la esfera de la circulación y, por tanto, se añaden a la sustancia del valor y la plusvalÃa igual que los costes de producción. El resto de los costes de almacenamiento y transporte, junto con los costes de circulación puros, proceden del mero cambio en la forma del valor, y no pueden entrar en la sustancia del valor de las mercancÃas. Tales costes de circulación son faux frais que deben ser mantenidos por una parte de la plusvalÃa.[2]