Evecio de Nicomedia, Evencio el Latino[1] o Evencio, mártir[2] (s. III - Nicomedia, 303) fue un mártir cristiano del siglo III, que cayó víctima de la persecución del emperador Diocleciano. Es venerado como santo por la Iglesia Católica el 24 de febrero.
Hagiografía
El nombre Evencio viene del latín eventus (“evento o suceso”).[3]
De Evencio se dice que supone que fue un confesor muy popular en Nicomedia, (hoy Turquía)[2] y también tenía un cargo importante en la ciudad.[4] Lactancio describe que por renegar de la fe pagana de los romanos, fue apresado, juzgado, declarado culpable y posteriormente se le quemó vivo. Fue reducido a cenizas.[2] Se le atribuye una paciencia legendaria, en medio de sus tormentos.[2]
La causa de su martirio no está muy clara, pero se supone que se originó porque Evencio destruyó un edicto anticristiano promovido por el emperador Diocleciano, a la vista de todo el pueblo. Las autoridades habrían tomado represalias de este manifiesto desafío a la autoridad imperial.[5]
Fue martirizado el 24 de febrero del 303, en Nicomedia.[4]
Referencias literarias sobre su martirio
No se sabe mucho sobre su vida. Al respecto sobre su martirio, existe una cita, escrita por Eusebio de Cesarea en su obra, Historia Eclesiásticaː
"...tan pronto como se promulgó en Nicomedia el edicto contra las iglesias, uno que no era un personaje oscuro, sino de los más preclaros, según la estimación de las excelencias de esta vida, empujado por el celo de Dios, se lanzó con fe ardiente, y después de arrancar el edicto que se hallaba en lugar visible y público, por considerarlo impío e irreligioso, lo desgarró, a pesar de haber en la misma ciudad dos emperadores, el más antiguo de todos [el Augusto Dioclesiano], y el que después de él ocupaba el cuarto puesto en el gobierno [el César Galerio].
Mas éste fue el primero de los que en aquella ocasión se distinguieron de esta manera, y tras sufrir enseguida cuanto era de suponer por tal atrevimiento, conservó la calma y la tranquilidad hasta su último suspiro."
(Historia Eclesiástica de Eusebio, VIII,5)[6]
Por razones que no están claras, Adón de Viena registró en las versiones de su martirologio (incluido el llamado Parvum Romanum, que hasta 1984, fue ampliamente considerado como un texto de origen antiguo tardío) un elogio de este santo el 7 de septiembre y bajo el nombre de Iohannes.[4]
Onomástico y Culto público
Su muerte ocurrió en 24 de febrero según lo afirma la tradición,[4] por lo que su memoria litúrgica se celebra dicho día. Sin embargo, durante un tiempo se celebró el 7 de septiembre, ya que como se dijo anteriormente, Adón de Viena registró su muerte y dató el martirio en este día.[1]
Referencias