Arbusto que puede sobrepasar los 2 m de altura con tallos y ramas suculentas sin espinas. Se diferencia de otras especies por sus inflorescencias pedunculadas, umbeliformes y normalmente compuestas que presentan un color amarillo-verdoso y porque las brácteas florales se caen antes de que madure el fruto.
Al igual que otras euforbias, posee un látex blanco y pegajoso, muy irritante, que se conoce en las islas como leche de tabaiba.
En Canarias se desarrolla en barrancos, laderas y terrazas con abundante insolación en las zonas bajas y medias entre los 300 y 1200 metros de altitud.
E. regis-jubae se ha identificado erróneamente con regularidad. El nombre ilegítimo Euphorbia obtusifoliaPoir. se ha utilizado indistintamente para dos especies que se encuentran en Canarias: la E. regis-jubae oriental y la E. lamarckii occidental. En 2003, David Bramwell enumeró siete publicaciones de 1847 a 1993 que dieron nombres incorrectos o distribuciones incorrectas para estas dos especies.[7]
Euphorbia obtusifolia subsp. regis-jubae (J.Gay) Maire
Euphorbia obtusifolia var. pseudodendroides (H.Lindb.) Maire
Euphorbia pseudodendroides H.Lindb.
Euphorbia virgata subsp. regis-jubae (J.Gay) Soldano
Tithymalus regis-jubae (J.Gay) Klotzsch & Garcke
Importancia económica y cultural
Ha sido utilizada tradicionalmente en las islas Canarias como planta medicinal, realizándose cataplasmas con su látex que, aunque tóxico, también presenta efectos analgésicos.[10] Asimismo, el látex era utilizado desde época aborigen en varias islas para envarbascar, método de pesca que consistía en atrapar peces en charcos y aturdirlos vertiendo el látex en el agua con lo que eran más fáciles de capturar.[11]
Según el botánico Emilio Guinea, su látex era utilizado en el continente africano para curar a los camellos de diversas dolencias.[12]
En las islas orientales ―Fuerteventura y Lanzarote― fue además utilizada como leña.[11]
E. regis-jubae posee también uso como planta ornamental en parques y jardines por su vistoso porte y floración, requiriendo para su cultivo pocos cuidados, aunque necesita calor y buen drenaje. Puede soportar heladas de hasta los -6 °C.[13]
Los apelativos de salvaje y amarga hacen referencia a la toxicidad de su látex en contraposición al de la tabaiba dulce. Por su parte, el de mora alude a la coloración oscura de sus tallos, también en contraposición a la tabaiba dulce, cuyos tallos son más claros. Proviene del canarismo «moro» que define a ciertos animales de color negro, aplicado a las plantas por extensión semántica.[20]
En el continente africano es conocida en árabe como afdir o afdira.[12]
↑Trapero, Maximiano. «Tabaiba». Los Guanchismos. Diccionario de Toponimia de Canarias. Las Palmas de Gran Canaria: Biblioteca Universitaria de la ULPGC. Consultado el 23 de abril de 2022.
↑«Tabaiba». Diccionario básico de canarismos. Islas Canarias: Academia Canaria de la Lengua. Consultado el 23 de abril de 2022.
↑Corrales, Cristóbal; Corbella, Dolores (2015). «tabaiba». Diccionario Histórico del Español de Canarias (DHECan). San Cristóbal de La Laguna: Instituto de Estudios Canarios. ISBN978-84-88366-95-5.
↑Morera, Marcial (2002). Diccionario histórico-etimológico del habla canaria. Santa Cruz de Tenerife: Editora de Temas Canarios. p. 1196. ISBN84-95691-32-9. «moro, ra. adj. GC., LP. 2. Se dice de algunos animales y plantas de color negro u oscuro...»
Bibliografía
Arco Aguilar, Marcelino José del; Wildpret de la Torre, Wolfredo; Pérez de Paz, Pedro Luis; Rodríguez Delgado, Octavio; Acebes Ginovés, Juan Ramón; García Gallo, Antonio; Martín Osorio, Victoria Eugenia; Reyes Betancort, Jorge Alfredo; Salas Pascual, Marcos; Díaz Hernández, Manuel Agustín; Bermejo Domínguez, Juan Antonio; González González, Ricardo; Cabrera Lacalzada, María Victoria; García Ávila, Sara (2006). Mapa de Vegetación de Canarias. Santa Cruz de Tenerife: Grafcan. ISBN978-84-611-3811-1.(enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última).
Kunkel, Günther (1991). Flora y vegetación del archipiélago canario: tratado florístico. 2ª parte. Las Palmas de Gran Canaria: Edirca. ISBN84-85438-80-9.