Escaleras rotas es un concepto que se refiere a las interrupciones en las trayectorias de la vida laboral de las mujeres.[1][2] Es una de las tres categorías que ha identificado la ONU para explicar la brecha salarial y porqué no es igual el salario que perciben un varón hombre y una mujer por el mismo trabajo y los varones ganan más.[3] Se trata de uno de los diferentes escenarios de empoderamiento económico de las mujeres.[4] Fundamentalmente, se refiere a las mujeres que están tratando de subir la escalera laboral pero luego de ser madres revierten su vida o no logran avanzar. Describe los obstáculos de la mujer en el ámbito laboral.[5] Las escaleras rotas aparecen en mujeres con educación secundaria y niveles intermedios de empoderamiento económico que padecen dificultades para conciliar su trabajo fuera de casa con su trabajo doméstico y el trabajo de cuidado de los hijos.[5]
Concepto
Las escaleras rotas es un concepto que hace referencia a las interrupciones en las trayectorias laborales de las mujeres.[1] Fundamentalmente, se refiere a las mujeres que están tratando de subir la escalera laboral luego de ser madres revierten su vida o no logran avanzar. Es una de las causas de la disparidad de sueldos entre varones y mujeres.[3] La escalera rota da cuenta de las interrupciones en la trayectoria laboral de la mujer.[1] Describen de manera gráfica los obstáculos de la mujer en el ámbito laboral.[5]
Se debe a los obstáculos para la permanencia en sus puestos de trabajo y en el mercado laboral. Las dificultades para tener acceso pleno a los derechos reproductivos dificulta las posibilidades de las mujeres para sostener su trayectorias laboral porque al llegar los hijos son las madres y no los padres quienes deben dejar de trabajar para cuidar a su prole.[1]
Las mujeres con educación y de hogares de ingresos intermedios se encuentran solas frente a las responsabilidades de cuidado de sus hijos, cuidar de las personas mayores, lavar, planchar, cocinar, hacer las compras, por eso son las más volátiles a los cambios del mercado, como consecuencia de la falta de redes familiares, estatales y del mercado laboral. Este escenario es lo que se llama escaleras rotas, porque esta situación les impide seguir avanzando en sus carreras.[6]
Las escaleras rotas aparecen en mujeres con educación secundaria y niveles intermedios de empoderamiento económico que padecen dificultades para conciliar su trabajo fuera de casa con su trabajo doméstico y el cuidado de los hijos. Ellas tienen ganancias inestables, son más vulnerables a los cambios.[5] Esto se debe a que son las mujeres son quienes realizan, de manera desproporcionada, el trabajo doméstico y de cuidados no remunerado.[7] Las mujeres hacen el doble del trabajo no remunerado de cuidado que los varones.[1] Esta carga desproporcionada de cuidado de los hijos y el trabajo doméstico no remunerado que recae en las mujeres de todos los niveles sociales, y no en los varones, se manifiesta en la diferencia salarial de género, en la feminización de la pobreza, en la feminización del hambre, y generan la escalera rota, que hace que las mujeres no puedan avanzar significativamente en sus trayectoria laborales o profesionales, ya que ocurre en todas las clases sociales.[7] La escalera rota es una metáfora de las dificultades que encuentran las mujeres hacia su empoderamiento económico y su realización personal laboral.[8]
El informe Progreso de las mujeres en América Latina y el Caribe 2017 definió las estrategias para vencer el techo de cristal y las escaleras rotas en la vida laboral de las mujeres:[9]
- Reconocer, reducir y redistribuir el trabajo doméstico y de cuidados no remunerado.
- Avanzar en la construcción de sistemas de protección social universal con enfoque de género.
- Crear más y mejores empleos y transformar el trabajo en favor de los derechos de las mujeres.
- Fomentar relaciones de familia igualitarias que reconozcan la diversidad de los hogares en la región y los derechos y deberes de las partes.
- Crear las condiciones para el goce efectivo de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.
- Contener los efectos adversos de la desaceleración económica en la igualdad de género.[7]
Esto podría mejorar si los varones tuvieran mayor participación en el cuidado y la crianza de sus hijos.[3]
La OIT recomienda implementar políticas de recursos humanos sensibles al género, respecto a la conciliación del trabajo y la familia, corresponsabilidad parental equitativa entre paternidad y maternidad, horarios flexibles y licencias extendidas.[6]
Véase también
Referencias